• Deuteronomio 32:15

    “Jesurún se engordó y dio coces. (Te hiciste gordo, grueso y rollizo). Y abandonó al Dios que lo hizo; desdeñó a la Roca de su salvación.

  • Deuteronomio 32:16

    Lo provocaron a celos con dioses ajenos; lo enojaron con abominaciones.

  • Deuteronomio 32:17

    Ofrecieron sacrificios a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a dioses nuevos, llegados de cerca, a los cuales sus padres no temieron.

  • Deuteronomio 32:18

    Te has olvidado de la Roca que te procreó; te has olvidado del Dios que te hizo nacer.

  • Deuteronomio 32:19

    “El SEÑOR lo vio, e indignado desdeñó a sus hijos y a sus hijas.

  • Deuteronomio 32:20

    Entonces dijo: ‘Esconderé de ellos mi rostro y veré cuál será su final; porque son una generación perversa, hijos en quienes no hay fidelidad.

  • Deuteronomio 32:21

    Ellos me provocaron a celos con lo que no es Dios; me indignaron con sus vanidades. También yo los provocaré a celos con uno que no es pueblo; con una nación insensata les causaré indignación.

  • Deuteronomio 32:22

    Porque fuego se ha encendido en mi furor y arderá hasta el fondo del Seol. Devorará la tierra y sus frutos, e inflamará los fundamentos de las montañas.

  • Deuteronomio 32:23

    Yo añadiré males sobre ellos; con mis flechas los acabaré.

  • Deuteronomio 32:24

    Serán abatidos por el hambre, y consumidos por la fiebre ardiente y por la amarga plaga. Contra ellos enviaré dientes de fieras junto con el veneno de serpientes que se arrastran en el polvo.

  • Deuteronomio 32:25

    Afuera desolará la espada y adentro el espanto, tanto a los jóvenes como a las vírgenes, al que mama y al hombre con canas.

  • Deuteronomio 32:26

    Yo dije: Yo los dispersaría; haría cesar su memoria de entre los hombres,

  • Deuteronomio 32:27

    si no temiera la saña del enemigo, y que sus adversarios entiendan mal. No sea que ellos digan: Nuestra mano enaltecida hizo todo esto, y no el SEÑOR’.

  • Deuteronomio 32:28

    “Son un pueblo al cual le falta juicio; no hay en ellos entendimiento.

  • Deuteronomio 32:29

    Si fueran sabios, entenderían esto; comprenderían cuál sería su final.

  • Deuteronomio 32:30

    ¿Cómo podrá perseguir uno a mil? ¿Cómo harán huir dos a diez mil, si su Roca no los hubiera vendido, si el SEÑOR no los hubiera entregado?

  • Deuteronomio 32:31

    La roca de ellos no es como nuestra Roca; nuestros mismos enemigos lo han de reconocer.

  • Deuteronomio 32:32

    La vid de ellos proviene de la vid de Sodoma, y de los campos de Gomorra. Sus uvas son uvas venenosas; sus racimos son amargos.

  • Deuteronomio 32:33

    Su vino es veneno de serpientes y veneno cruel de cobras.

  • Deuteronomio 32:34

    “‘¿Acaso no tengo reservado esto conmigo, sellado entre mis tesoros?

  • Deuteronomio 32:35

    Mía es la venganza, yo pagaré; a su debido tiempo su pie resbalará. Porque está cercano el día de su calamidad, y lo que les está preparado se apresura’.

  • Deuteronomio 32:36

    “Ciertamente el SEÑOR juzgará a su pueblo y tendrá misericordia de sus siervos, cuando vea que se agota su fuerza y que no queda nadie, ni preso ni abandonado.

  • Deuteronomio 32:37

    Él dirá: ‘¿Dónde están sus dioses, la roca en que se refugiaban,

  • Deuteronomio 32:38

    los que comían el sebo de sus sacrificios y bebían el vino de sus libaciones? ¡Que se levanten y los socorran! ¡Que les sirvan de refugio!’.

  • Deuteronomio 32:39

    “‘Vean ahora que yo, Yo Soy, y conmigo no hay más dioses. Yo hago morir y hago vivir; yo hiero y también sano; no hay quien pueda librar de mi mano.

  • Deuteronomio 32:40

    Ciertamente levantaré mis manos a los cielos y diré: ¡Viva yo para siempre!

  • Deuteronomio 32:41

    Cuando afile mi reluciente espada y mi mano arrebate el juicio, tomaré venganza de mis enemigos y retribuiré a los que me aborrecen.

  • Deuteronomio 32:42

    Mi espada devorará carne, y mis flechas embriagaré con sangre: con la sangre de muertos y cautivos, y de las cabezas melenudas del enemigo’.

  • Deuteronomio 32:43

    “¡Regocíjense, oh naciones, con su pueblo! Porque él vengará la sangre de sus siervos. Él tomará venganza de sus enemigos y expiará la tierra de su pueblo”.

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