• Isaías 17:4

    “Sucederá en aquel día que la gloria de Jacob será disminuida, y enflaquecerá la gordura de su carne.

  • Isaías 17:5

    Será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas. Será como el que recoge espigas en el valle de Refaím.

  • Isaías 17:6

    Quedan en él rebuscos, como cuando se varea al olivo: dos o tres olivas en el extremo de una rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas”, dice el SEÑOR Dios de Israel.

  • Isaías 17:7

    En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

  • Isaías 17:8

    No mirará los altares que hicieron sus manos; no mirará lo que hicieron sus dedos ni los árboles rituales de Asera ni los altares de incienso.

  • Isaías 17:9

    En aquel día sus ciudades fortificadas quedarán como los lugares abandonados de los horeos y de los amorreos, los cuales ellos abandonaron ante los hijos de Israel; y habrá desolación.

  • Isaías 17:10

    Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por eso, aunque siembras plantas deleitosas y plantas vides importadas,

  • Isaías 17:11

    y en el día que las plantas las haces crecer y haces que su semilla florezca a la mañana siguiente; sin embargo, la cosecha se esfumará en el día de la enfermedad y del dolor incurable.

  • Isaías 17:12

    ¡Ay del tumulto de los muchos pueblos que rugen como el rugido del mar! El bullicio de las naciones resuena como el bullicio de las aguas impetuosas.

  • Isaías 17:13

    Las naciones hacen bullicio como las muchas aguas; pero Dios las reprenderá, y ellas huirán lejos ahuyentadas como el tamo de las colinas ante el viento y como el remolino de hojas ante el torbellino.

  • Isaías 17:14

    Al atardecer he aquí el terror repentino, y antes del amanecer ya no existirán. Esta es la porción de los que nos despojan, el destino de los que nos saquean.

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