No es que ya lo hubiera alcanzado, ni que ya fuera perfecto; pero sigo después, si quiero comprender aquello por lo que también soy aprehendido por Cristo Jesús.

Ver. 12. Pero sigo después de ] Gr. Διωκω, persigo, sigo con los pies calientes con el mayor entusiasmo. Con esto, entonces, él se da cuenta de cuán codiciosa e incesantemente persiguió el conocimiento perfecto de Cristo, teniéndolo por así decirlo en la persecución, y resolvió no descansar hasta haberlo alcanzado. (Airay.) Bien podría Crisóstomo llamar a San Pablo un adorador de Dios insaciable, codicioso y devorador.

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