εἰ δὲ … ἁμαρτωλοί. El último versículo llegaba a la conclusión de que los judíos convertidos por su propio acto se condenaban a sí mismos a ser culpables de quebrantar la ley. El argumento procede ahora sobre esta suposición: “ Si es verdad (como se ha demostrado) que nosotros, al buscar ser justificados en Cristo, fuimos hallados pecadores , así como también los gentiles, si nuestro pecado fue descubierto y admitido. que la confesión del pecado está en la raíz de toda vida cristiana, ¿cuál es entonces la actitud de Cristo hacia el pecado?” ἆρα Χ.

ἁ. διάκονος; Esta cláusula es claramente interrogativa y la lectura verdadera es ἆρα, no ἄρα (inferencial). Pues aquí, como siempre en otras partes del lenguaje paulino, μὴ γένοιτο repudia una sugerencia monstruosa, formulada en forma de pregunta, cuya mera formulación repugna al sentido moral.

Se objetó a esta doctrina de la gracia gratuita de Dios en Cristo a los pecadores culpables que otorgaba licencia para pecar al eliminar las sanas restricciones de la Ley, y así animaba a los hombres a continuar en el pecado por su seguridad de perdón. La falacia se descarta aquí con desdén por la fuerza de la naturaleza misma de Cristo, pero se expone más plenamente en el sexto capítulo a los Romanos.

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