Verso 17. Pero si mientras buscamos ser justificados... Si, mientras reconocemos que debemos ser justificados por la fe en Cristo, nosotros mismos somos hallados pecadores, imponiéndonos la necesidad de observar los ritos y ceremonias de la ley, que nunca pudieron ni pueden justificar, y sin embargo, sometiéndonos a la circuncisión, nos ponemos bajo la necesidad de cumplir la ley, lo cual es imposible, nos constituimos así en pecadores; ¿es, pues, Cristo el ministro del pecado? ¿Cristo, que nos ha enseñado a renunciar a la ley y a esperar la justificación por su muerte? Dios no permita que actuemos o pensemos así.

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