Versículo 18. Que ningún hombre os engañe... μηδειςυμαςκαταβραβευετω. Que nadie os quite el premio que el βραβευς, brabeus, o juez en las contiendas, os ha asignado, como consecuencia de haber obtenido la victoria. Esto, como verá cualquier lector, es una alusión a los juegos olímpicos e ístmicos, y a los premios que se asignaban a los que habían obtenido la victoria en uno o varios de los concursos que allí se celebraban. Los colosenses habían luchado y vencido bajo la dirección de Cristo, y él, como único juez en esta contienda, les había asignado el premio; los falsos maestros, afectando gran modestia, humildad y santidad, se esforzaban por apartarlos del Evangelio, e inducirlos a terminar en la carne a quienes habían comenzado en el Espíritu. Contra éstos les advierte el apóstol.

En una humildad voluntaria y adorando a los ángeles... Este es un pasaje difícil, y para explicarlo, examinaré el significado de algunos de los principales términos del original. La palabra θελειν, querer, significa también deleitarse; y ταπειμοφροσυνη significa no sólo bajeza o humildad de ánimo, sino también aflicción de ánimo; y ταπεινουν την ψυχην,   Levítico 16:20 ; Levítico 16:31 ,  y en muchos otros lugares, significa afligir el alma mediante el ayuno y la abnegación; y θρησκεια significa reverencia y modestia. De ahí que todo el pasaje haya sido parafraseado así: Que no os prive del premio que se os ha concedido, el que se deleita en mortificar su cuerpo, y en andar con la aparente modestia de un ángel, aparentando una santidad superior para ganar discípulos; inmiscuyéndose en cosas que no ha visto; y, a pesar de su aparente humildad, su mente es carnal, y se envanece con un sentido de su superioridad en conocimiento y piedad. Es muy probable que el apóstol aluda aquí a los esenios, que eran notablemente estrictos y devotos, pasaban la mayor parte de su tiempo en la contemplación del Ser Divino, se abstenían de todas las gratificaciones sensuales, y afectaban a vivir la vida de los ángeles en la tierra. Con sus pretensiones, todo lo que el apóstol dice aquí concuerda perfectamente, y sobre esta única suposición todo el pasaje es claro y fácil. Muchos han entendido el pasaje como refiriéndose a la adoración de los ángeles, que parece haber sido practicada entre los judíos, que parecen (de Tobit, xii. 15; Philo, en lib. de Somn.; Josephus, War. lib. ii. cap. 8, sec. 7) que los consideraban como una especie de mediadores entre Dios y los hombres; presentando las oraciones de los hombres ante el trono; y siendo, como dice Filón, μεγαλου βασιλεως οφθαλμοι και ωτα, los ojos y los oídos del gran Rey. Pero esta interpretación no es tan probable como la anterior.

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