• Génesis 38:11

    Entonces habló Judá a Tamar su nuera, diciendo: — Permanece viuda en la casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Sela. Porque pensaba: “No sea que muera él también como sus hermanos”. Y Tamar se fue y permaneció en la casa de su padre.

  • Génesis 38:12

    Pasados muchos años, murió Bat-súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se había consolado, subió a Timnat, a los esquiladores de sus ovejas, él y su amigo Jira el adulamita.

  • Génesis 38:13

    Y avisaron a Tamar diciendo: — He aquí que tu suegro sube a Timnat a esquilar sus ovejas.

  • Génesis 38:14

    Entonces ella se quitó su vestido de viudez, se cubrió con un velo, se envolvió con un manto y se sentó a la entrada de Enaim, que está junto al camino de Timnat, porque veía que Sela había crecido, pero que ella no le había sido dada por mujer.

  • Génesis 38:15

    Entonces la vio Judá y pensó que era una prostituta, porque había cubierto su cara.

  • Génesis 38:16

    Y se apartó del camino hacia ella y le dijo: — Ven y deja que me una a ti. Pues no sabía que ella era su nuera. Y ella dijo: — ¿Qué me darás si te unes a mí?

  • Génesis 38:17

    Él respondió: — Yo te enviaré un cabrito del rebaño. Ella le dijo: — Tienes que darme una prenda hasta que me lo envíes.

  • Génesis 38:18

    Y él le dijo: — ¿Qué prenda te daré? Ella le respondió: — Tu anillo, tu cordón y el bastón que llevas en la mano. Él se los dio y se unió a ella, y ella concibió de él.

  • Génesis 38:19

    Luego ella se levantó y se fue. Después se quitó el velo que tenía sobre sí y se vistió de nuevo con su vestido de viudez.

  • Génesis 38:20

    Judá envió el cabrito del rebaño por medio de su amigo el adulamita, para que recuperara la prenda de mano de la mujer, pero él no la halló.

  • Génesis 38:21

    Entonces preguntó a los hombres de aquel lugar diciendo: — ¿Dónde está la prostituta de Enaim, junto al camino? Ellos le dijeron: — Aquí no hay ninguna prostituta.

  • Génesis 38:22

    Él se volvió a Judá y dijo: — No la he hallado. También los hombres del lugar dijeron: “Aquí no hay ninguna prostituta”.

  • Génesis 38:23

    Y Judá dijo: — ¡Que se quede con la prenda! No seamos objeto de burla. He aquí yo le he enviado este cabrito, pero tú no la has hallado.

  • Génesis 38:24

    Aconteció que después de unos tres meses le informaron a Judá diciendo: — Tu nuera Tamar ha cometido adulterio y está encinta a consecuencia del adulterio. Y Judá dijo: — ¡Sáquenla, y que sea quemada!

  • Génesis 38:25

    Cuando era sacada, ella envió a decir a su suegro: — Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. — Y añadió — : Mira, pues, de quién son estas cosas: el anillo, el cordón y el bastón.

  • Génesis 38:26

    Entonces Judá los reconoció y dijo: — Más justa es ella que yo, porque no se la he dado a mi hijo Sela. Y no volvió a tener relaciones sexuales con ella.

  • Génesis 38:27

    Aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en el vientre de Tamar.

  • Génesis 38:28

    Y cuando ella daba a luz, sucedió que uno de ellos sacó la mano. La partera la tomó y ató a su mano un hilo rojo diciendo: — ¡Este salió primero!

  • Génesis 38:29

    Pero sucedió que cuando él volvió a meter la mano, he aquí salió su hermano. Y ella exclamó: — ¡Cómo te abriste brecha! Y llamó su nombre Fares.

  • Génesis 38:30

    Después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo rojo, y llamó su nombre Zéraj.

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