Cuales misterios y verdades divinas, nosotros los apóstoles (incluso cuando hablamos a la clase de hombres más perfectos) no entregamos en las palabras eruditas de la sabiduría humana, ni en los bellos lenguajes, períodos estudiados y frases ordenadas por el arte de la retórica, sino en la doctrina del Espíritu, es decir, como el Espíritu de Dios dentro de nosotros nos enseña para el bien de los que nos escuchan. --- Comparar lo espiritual con lo espiritual, es decir, tratar lo espiritual con personas más espirituales y más perfectas, adaptando nuestros discursos a la capacidad de quienes hablamos.

Otros tendrán el sentido de ser: comparamos las cosas espirituales con las cosas espirituales, es decir, tratamos estos asuntos de una manera espiritual, con pruebas y ejemplos de las Escrituras reveladas, etc. (Witham) --- San Pablo parece en este lugar responder a una objeción que se le pudiera presentar. Si, como dices, estás dotado de un conocimiento de los misterios, ¿a quién no nos revelas esos misterios? A esto parece responder, porque a las personas espirituales les impartimos conocimiento espiritual. (Calmet)

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