A todos los que esperaban la redención - El fluir del cetro le pareció que partía de Judá, aunque en realidad no se había ido: Las semanas de Daniel estaban claramente cerca de su período. Y el avivamiento del espíritu de profecía, junto con los sucesos memorables relacionados con el nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús, no pudo sino animar y avivar la expectativa de las personas piadosas en este momento.

Dejemos que el ejemplo de estos santos ancianos anime a aquellos cuyas cabezas canosas, como la de ellos, son una corona de gloria, que se encuentran en el camino de la justicia. Que esos venerables labios, que tan pronto se callarán en la tumba, se empleen ahora en las alabanzas de su Redentor. Trabajen para dejar atrás a aquellos para quienes Cristo será tan precioso como lo ha sido para ellos; y que estarán esperando la salvación de Dios, cuando se vayan para disfrutarla.

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