38. Hizo reconocimiento también a Dios (206) La sagrada melodía, que procedía de la Los labios de Simeón y Anna son alabados por Lucas, para que los creyentes puedan exhortarse unos a otros a cantar con una sola boca las alabanzas de Dios, y puedan dar respuestas mutuas. Cuando dice que Anna habló de él a todos los que buscaban la redención en Jerusalén, señala nuevamente el pequeño número de los piadosos. Porque la sustancia de la fe yace en esta expectativa; y es evidente que hubo pocos que realmente lo apreciaron en sus mentes.

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