La gracia y la verdad vinieron por Jesucristo, etc.— La palabra εγενετο, traducida vino, aquí implica, que la gracia y la verdad fueron exhibidas, o aparecieron. Este versículo se presenta en oposición a los ebionitas, que preferían a Moisés al Señor Jesús. El evangelio está aquí, como en otros lugares, llamado gracia. La palabra gracia, en su significado más obvio, significa favor; favor que surge de la misericordia y la beneficencia, al que quien lo recibe no puede reclamar como derecho. En este sentido, el evangelio es más particular y enfáticamente gracia;en todas y cada una de sus partes, era el don de Dios, que de ninguna manera podría decirse que lo merezcamos. El evangelio es gracia, ya que promete a los santos fieles, no solo una exención del castigo, sino una resurrección a la vida eterna. El evangelio es gracia, ya que nos promete la asistencia divina para consolarnos en nuestras aflicciones y capacitarnos para trabajar en nuestra salvación. El evangelio puede llamarse gracia, con respecto a la manera en que fue revelado.

La ley fue dictada con una pompa y majestad que infundieron terror; pero el evangelio hizo su aparición con apacibilidad y condescendencia, y fue presentado por el Hijo de Dios, conversando familiarmente con los hombres, enseñándoles con su doctrina y ejemplo. Todo lo que era gravoso en la ley de Moisés, fue abolido en el evangelio. El evangelio es gracia, ya que contiene leyes justas y equitativas; el deber que enseña para con Dios es un servicio razonable, que estamos obligados a realizar con gratitud; y ese deber que tenemos para con nuestro prójimo promueve la felicidad de la humanidad, mientras que lo que nos impone a nosotros mismos tiende a moderar y someter toda pasión rebelde. El evangelio es gracia, ya que es un don que se ofrece a todos, una invitación de la que nadie está excluido. De nuevo graciaen algunos lugares del Nuevo Testamento significa esos poderes extraordinarios que el Espíritu Santo conferió a los apóstoles y primeros creyentes, así como las influencias ordinarias del Espíritu; y en este sentido el evangelio enfáticamente es gracia. Por último, gracia significa santidad, bondad y virtud moral; en cuyo sentido el evangelio es gracia, ya que pone la moralidad pura bajo una luz clara y hace cumplir su práctica por los mejores y más efectivos motivos.

El evangelio se llama verdad, en oposición a la falsedad del paganismo, que había invadido el mundo; verdad, como es el cumplimiento de las profecías de los favores futuros hechos bajo la ley, y porque una imagen y representación de cosas buenas para ven estaba contenido en la ley; mientras que en el evangelio se revelan estas cosas buenas. Por lo tanto, el evangelio es verdad, en oposición a la dispensación judía, ya que es la sustancia y la realidad de todas aquellas cosas que están representadas por la ley; o como meras sombras comparadas con esa verdad sólida y sustancial que Cristo nos ha descubierto.

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