Jeremias 31:1-40

1 “En aquel tiempo, dice el SEÑOR, yo seré el Dios de todas las familias de Israel; y ellos serán mi pueblo.

2 Así ha dicho el SEÑOR: Cuando Israel iba en pos de su reposo, el pueblo que había sobrevivido de la espada halló gracia en el desierto”.

3 El SEÑOR me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia.

4 Otra vez he de edificarte, y serás edificada, oh virgen de Israel. Otra vez serás adornada con tus panderos y saldrás en las danzas de los que se regocijan.

5 Otra vez plantarás viñas en los montes de Samaria, y los que las planten gozarán del fruto.

6 Porque habrá un día en que gritarán los guardias en la región montañosa de Efraín: ‘¡Levántense, y subamos a Sion, al SEÑOR, nuestro Dios!’ ”.

7 Porque así ha dicho el SEÑOR: “Regocíjense con alegría a causa de Jacob, y griten de júbilo ante la cabeza de las naciones. Proclamen, alaben y digan: ‘¡Oh SEÑOR, salva a tu pueblo, al remanente de Israel!’.

8 “He aquí, yo los traigo de la tierra del norte, y los reuniré de los confines de la tierra. Entre ellos vendrán los ciegos y los cojos, la mujer encinta y la que da a luz. Como una gran multitud volverán acá.

9 Vendrán con llanto, pero con consuelo los guiaré y los conduciré junto a los arroyos de aguas, por un camino parejo en el cual no tropezarán. Porque yo soy un Padre para Israel, y Efraín es mi primogénito”.

10 ¡Oh naciones, escuchen la palabra del SEÑOR y háganlo saber en las costas lejanas! Digan: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo guardará, como el pastor guarda su rebaño”.

11 Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob; lo ha redimido de mano del que es más fuerte que él.

12 Vendrán y darán alabanza en la cumbre de Sion. Correrán hacia la bondad del SEÑOR: al grano, al vino nuevo, al aceite y a las crías de las ovejas y de las vacas. Su vida será como huerto de riego; nunca más volverán a languidecer.

13 “Entonces la virgen se regocijará en la danza, y los jóvenes y los ancianos juntamente. Porque transformaré su duelo en regocijo; los consolaré y los alegraré en su dolor.

14 Colmaré de abundancia el alma del sacerdote, y mi pueblo se saciará de mi bondad”, dice el SEÑOR.

15 Así ha dicho el SEÑOR: “Voz fue oída en Ramá; lamento y llanto amargo. Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada por sus hijos, porque perecieron”.

16 Así ha dicho el SEÑOR: “Reprime tu voz del llanto y tus ojos de las lágrimas, porque tu obra tiene recompensa, dice el SEÑOR. Ellos volverán de la tierra del enemigo.

17 Hay esperanza para tu porvenir; tus hijos volverán a su territorio, dice el SEÑOR.

18 “Ciertamente yo he oído a Efraín que se lamentaba diciendo: ‘Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito. Hazme volver, y volveré; porque tú eres el SEÑOR mi Dios.

19 Porque después de desviarme, me arrepentí; y después de darme cuenta, golpeé mi muslo. Fui avergonzado y también afrentado, porque he llevado el oprobio de mi juventud’.

20 “¿Acaso no es Efraín un hijo querido para mí? ¿Acaso no es un niño precioso? Porque cada vez que hablo contra él, lo recuerdo más. Por eso mis entrañas se enternecen por él. Ciertamente tendré misericordia de él, dice el SEÑOR.

21 “Levanta señales, pon indicadores de caminos. Pon atención al camino principal, el camino por el cual caminaste. Vuelve, oh virgen de Israel; vuelve a estas tus ciudades.

22 ¿Hasta cuándo andarás de un lado para otro, oh hija rebelde? Pues el SEÑOR hará una novedad en la tierra: La mujer rodeará al hombre”.

23 Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: “Cuando yo los restaure de su cautividad, dirán otra vez estas palabras en la tierra de Judá y en sus ciudades: ‘¡El SEÑOR te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo!’.

24 Y habitarán juntos en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que se desplazan con los rebaños.

25 Porque he de saciar al alma fatigada, y he de llenar a toda alma que languidece”.

26 En esto desperté y vi que mi sueño había sido placentero.

27 “He aquí que vienen días, dice el SEÑOR, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá con simiente de hombres y con simiente de animales.

28 Sucederá que como he vigilado sobre ellos para arrancar, desmenuzar, arruinar, destruir y hacer daño, así vigilaré sobre ellos para edificar y plantar, dice el SEÑOR.

29 “En aquellos días no dirán más: ‘Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos sufren la dentera’;

30 sino que cada cual morirá por su propio pecado. Los dientes de todo hombre que coma las uvas agrias sufrirán la dentera.

31 “He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

32 No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser yo su señor, dice el SEÑOR.

33 Porque este será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el SEÑOR: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

34 Ya nadie enseñará a su prójimo ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al SEÑOR’. Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el SEÑOR. Porque yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado”.

35 Así ha dicho el SEÑOR, quien da el sol para luz del día, y la luna y las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar de manera que rugen sus olas — el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre — :

36 “Si esas leyes faltaran delante de mí, dice el SEÑOR, entonces la descendencia de Israel dejaría de ser nación delante de mí perpetuamente”.

37 Así ha dicho el SEÑOR: “Si se pueden medir los cielos arriba y se pueden explorar los cimientos de la tierra abajo, entonces yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice el SEÑOR.

38 “He aquí que vienen días, dice el SEÑOR, en que la ciudad será edificada para el SEÑOR desde la torre de Hananeel hasta la puerta de la Esquina.

39 El cordel de medir irá directamente hasta la colina de Gareb, y dará la vuelta hacia Goa.

40 Todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todas las terrazas hasta el arroyo de Quedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos, al este, estará consagrado al SEÑOR. Nunca más será arrancada ni destruida”.

CONTINUACION DE LA PROFECIA DEL CAP. 30. Del mismo modo que en ese capítulo se predice la restauración de Judá, así también se predice en éste la de las diez tribus de Israel.

1. En aquel tiempo—“En los postreros días” (cap. 30:24). Yo seré por Dios—que manifiesto mi gracia (Génesis 17:7; Mateo 22:32; Apocalipsis 21:3). a todos los … de Israel—no sólo a los desterrados del reino del Sur, o de Judá, sino también a los del reino del Norte o de las diez tribus; y no meramente a Israel en general, sino “a todas las familias de Israel”. Esto aun no se ha cumplido (Romanos 11:26).

2. Sobre la gracia manifestada a Israel cuando estaban “en el desierto”, Dios fundamenta su argumento de renovarles sus favores ahora que están en el destierro, pues su pacto es eterno (v. 3), y no cambia. El mismo argumento se presenta en Oseas 13:5, Oseas 13:9; Oseas 14:4, Oseas 14:8. A Babilonia se la compara muy apropiadamente con el “desierto”, pues Israel fué en uno y otro caso semejante a un extranjero que se halla lejos del apetecido descanso de su hogar, y a Babilonia se le llama un “desierto” en Isaías 40:3 (cf. cap. 50:12). yendo yo para hacer hallar reposo a Israel—a saber, en la columna de nube y fuego, el símbolo de la presencia de Dios, que iba delante de Israel para buscarle lugar de reposo (Números 10:33; Isaías 63:14) para el pueblo: uno temporal en cada alto que hacían en el desierto, y otro permanente, en Canaán (Éxodo 33:14; Deuteronomio 3:20; Josué 21:44; Salmo 95:11; Hebreos 3:11).

3. Israel, en respuesta, reconoce con gratitud para con Dios su pasada gracia. Pero la expresión “mucho tiempo ha” denota al mismo tiempo, tácitamente, que ahora Dios ya no se le aparecía. “Dios antiguamente se me aparecía, pero ahora estoy abandonada”. Dios le responde: No; yo te amo ahora con el mismo amor de antes. Mi amor no es un impulso momentáneo, sino que procede de mis eternos consejos, y continuará “eternamente”; de aquí se originó el pacto por el cual te he adoptado por pura gracia (Malaquías 1:2; Romanos 11:28). En el margen de la Versión Inglesa se traduce: “desde lejos”, lo cual no responde tan bien como “mucho tiempo ha” a “en el desierto” (v. 2), que se refiere a los antiguos tiempos de la historia de Israel. te soporté con misericordia—(Oseas 11:4). Más bien, extendí continuamente mi benevolencia sobre ti. Así el Salmo 36:10, “Continúa (otorgando) tu benevolencia”. A causa de mi amor eterno, todavía extenderé sobre ti mi benevolencia. Así Isaías 44:21 : “No me olvidaré de ti”.

4. te edificaré … serás edificada. La combinación de las voces activa y pasiva para expresar el mismo hecho, indica la infalible certidumbre de su cumplimiento. “Los edificaré”, esto es, los estableceré en prosperidad (cap. 33:7). adornada con panderos—(1 Samuel 18:6). O: “adórnate con tus panderos”; instrumentos usados por los jóvenes en los regocijos públicos (Éxodo 15:20; Jueces 11:34). Israel en su destierro había arrojado de sí todos los instrumentos de gozo (Salmo 137:4). de danzantes—trátase de gozo santo, no de una alegría carnal.

5. Samaria—la metrópoli de Lucas 10 tribus; aquí equivale a Israel. El montañoso territorio de su país se prestaba para el cultivo de la vid. y harán común uso de ellas—liter., la profanarán, esto es, será de uso común. No se podía comer el fruto de la vid hasta pasar tres años desde su plantación; el fruto del cuarto había de ser “santidad de loores a Jehová”; el quinto año, su fruto podía ser comido por todos; ya no estaba limitado a los usos santos (Levítico 19:23; cf. Deuteronomio 20:6; Deuteronomio 28:30, margen de la V. I). De esta manera la idea que aquí se encierra es: “Las mismas personas que plantaron, cosecharán los frutos”; ya no sucederá más que uno plante y otro siegue el fruto.

6. Los atalayas colocados en las eminencias (tipos de los predicadores del evangelio) convocarán a las diez tribus para que suban a las fiestas anuales de Jerusalén (“Sión”), como solían hacerlo antes de la revuelta y de la colocación de los ídolos de los becerros en Dan y Beerseba (Ezequiel 37:21). Monte de Ephraim—no una simple montaña, sino toda la región montañosa de las diez tribus. nuestro Dios—contra quien antes nos desmandamos, pero ahora es nuestro Dios. Una muestra de ese buen tiempo futuro se nos da en el éxito del Evangelio al ser predicado por primera vez en Samaria (Juan 4; Hechos 8:5).

7. Se exhorta al pueblo a que con alabanzas y oraciones ruegue por su restauración universal. A Jehová se lo representa en el contexto (vv. 1, 8), como prometiendo restaurar inmediatamente a Israel. Por esta razón, ellos alabarán a Dios por su restauración, estando tan ciertos de ello como si se hubiera realmente cumplido; al mismo tiempo ruegan por ello, pues la oración era el medio para alcanzar el deseado fin. La oración no mueve a Dios a otorgarnos nuestros deseos, pero cuando él ha determinado concedérnoslos, influye en nuestros corazones para que oremos por la cosa deseada. Cf. Salmo 102:13, en lo que respecta a la conexión de la restauración de Israel con las oraciones de su pueblo, con Isaías 62:1. en Jacoba causa de Jacob; a causa de aproximarse su liberación por Jehová. ena causa de, cuadraría más exactamente con el paralelismo “en cuanto a Jacob”. cabeza de gentes—(o naciones)—Israel, como lo prueba el paralelismo “en Jacob” (véase Éxodo 19:5; Salmo 135:4; Amós 6:1). Dios estima la grandeza de las naciones, no por el nivel de las riquezas materiales del hombre, sino por el favor de haberlos elegido.

8. Aquilón (o norte)—Asiria, Media, etc. (Nota, cap. 3:12, 18; 23:8). los juntaré de los fines de la tierra—(Ezequiel 20:34, Ezequiel 20:41; Ezequiel 34:13). ciegos y cojos—ni aun los más enfermos y los no aptos para viajar serán dejados atrás, tan universal será la restauración. en grande compañía—regresarán acá “en gran compañía” [Maurer].

9. lloro—por sus pecados que fueron causa de que fuesen llevados en cautiverio (Salmo 126:5). Aunque marchan al destierro llorando, regresarán con gozo (cap. 50:4, 5). misericordias—o, “suplicaciones” (véase vv. 18, 19; cap. 3:21-23; Malaquías 12:10). El margen traduce “favores”, como Josué 11:20; Esdras 9:8; de esta manera los favores o compasiones de Dios están en oposición al lloro del pueblo; sus lágrimas se convertirán en gozo. Mas la Versión Inglesa concuerda mejor con el paralelo, y harélos andar junto a … de aguas, por camino derecho—(Isaías 35:6; Isaías 43:19; Isaías 49:10). Dios les dará el agua que satisfará su sed, como cuando venían por el desierto de Egipto. Eso mismo es como se hará espiritualmente (Mateo 5:6; Juan 7:37). Ephraim—las diez tribus ya no separadas de Judá, sino que formarán un solo pueblo con ella. mi primogénito—(Éxodo 4:22; Oseas 11:1; Romanos 9:4). Así la iglesia electa (2 Corintios 6:18; Santiago 1:18).

10. Las gratas nuevas de la intervención de Dios en favor de Israel atraerán la atención de las más remotas naciones gentiles. El que esparció a Israel lo juntará—El que lo esparció sabe donde está; el que hirió también puede sanar. guardará—no solo lo juntará, sino que lo guardará seguramente hasta el fin (Juan 13:1; Juan 17:11). como pastor—(Isaías 40:11; Ezequiel 34:12).

11. redimiólo de mano del más fuerte—ningún enemigo, por fuerte que sea, puede impedir que Jehová libre a Jacob (Isaías 49:24).

12. en lo alto de Sión—(Ezequiel 17:23). correrán—habrá un gran concurso de adoradores que acudirán al templo de Sión (Isaías 2:2; Miqueas 4:1). al bien de Jehová—(véase v. 14). La bondad de Jehová, que es la fuente de todo lo bueno (Oseas 3:5), los llevará a orar a él y a ensalzarlo por estas bendiciones, de las que él es la fuente principal. huerto de riego—(Isaías 58:11). No meramente por cierto tiempo, sino continuamente llenos de santo bienestar. ni nunca más tendrán dolor—se refiere a la iglesia triunfante, lo mismo que al literal Israel (Isaías 35:10; Isaías 65:19; Apocalipsis 21:4).

13. mozos … viejos—(Malaquías 8:4).

14. de mi bien—(v. 12).

15. Ramá—En la tribu de Benjamin, al este del gran camino del norte, a dos horas de camino de Jerusalén. Raquel, habiendo anhelado toda su vida tener hijos (Génesis 30:1), murió de dolor al dar a luz a Benjamín (Génesis 35:18, margen de la V. I.; 1 Samuel 10:2), y fué sepultada en Ramá, cerca de Belén. El profeta la representa como levantando la cabeza de la tumba y rompiendo en “llanto”, al ver a toda la tierra privada de sus hijos, los efraimitas. Ramá fué el lugar donde Nabucodonosor concentró a todos los judíos y los encadenó para llevarlos a Babilonia (cap. 40:1). Empero Dios la consuela con la promesa de restaurarlos. Mateo 2:17 cita esto, como cumplido en la matanza de los inocentes, por orden de Herodes. “Un acontecimiento menor y otro mayor en tiempos diferentes, puede que respondan al simple sentido de un pasaje de la Escritura, hasta que la profecía se agote” [Bengel]. Además de la alusión temporal a los destierros a Babilonia, el Espíritu Santo prefiguró principalmente la huída del Mesías a Egipto y la desolación causada por Herodes en la vecindad de la tumba de Raquel mediante la matanza de niños cuyas madres, al darlos a luz, pudieron llamarlos, como Raquel, “hijos de dolor” (Benoni). El regreso del Mesías (el representante de Israel) de Egipto y el futuro regreso de ese pueblo, tanto en sentido literal como espiritual (incluso los niños inocentes) en la segunda venida del Señor, son antitípicos del regreso de Israel de su destierro de Babilonia, que es lo que Jeremías les ofrece en este lugar. La cláusula, “porque perecieron”, es decir, han muerto (Génesis 42:13), no tiene tan estricta aplicación a los desterrados en Babilonia, como a la historia del Mesías y de su pueblo en lo pasado, presente y futuro. De suerte que las palabras, “esperanza hay también para tu fin”, se han de cumplir al final, cuando Raquel se encuentre en la resurrección con sus hijos asesinados al mismo tiempo que el Israel literal sea restaurado. “Porque ya no son”, esto es, han muerto. En hebreo está en singular: ha muerto cada uno (de ellos). En la matanza de Belén, cada madre sólo tenía un hijo que lamenter, como lo da a entender la orden de Herodes: “De dos años abajo”. Este uso del singular en sentido distributivo (las madres lloran separadamente, cada cual por su hijo), es una coincidencia entre la profecía de la matanza de Belén y el sucesco, tanto más notable cuanto que no es obvio; el empleo del singular es también apropiado en lo que atañe al Mesías en su egipcíaco destierro, el cual había de ser el principal objeto de la lamentación de Raquel.

16. porque … salario hay para tu obra—tu maternal llanto por tus hijos [Rosenmuller]. Tu aflicción por la pérdida de tus hijos, asesinados por causa de Cristo, no será estéril para ti, como cuando diste a luz al “hijo de tu dolor”, Benjamín. En primer lugar, tu pena tampoco será perpetua, pues los desterrados regresarán y la tierra volverá a poblarse [Calvino]. volverán—(Oseas 1:11).

17. Esperanza … hay para tu fin—todas tus calamidades tendrán un próspero resultado.

18. Ephraim—que representa las diez tribus. que se lamentaba—El espíritu de penitente súplica se derramará al fin sobre Israel como el necesario precursor de su restauración (Malaquías 12:10). Azotásteme, y fuí castigado—En la primera cláusula se insinúa el castigo; en la segunda, el beneficioso efecto del mismo, al enseñar al penitente verdadera sabiduría. como novillo indómito—Una descripción semejante se presenta en Deuteronomio 32:15. Cf. con “duros de cerviz” en Hechos 7:51; Éxodo 32:9, es una imagen tomada de bueyes refractarios. Antes de mi castigo, yo necesitaba la severa corrección que recibí, tanto como un indomado becerro necesita de la aguijada. Cf. Hechos 9:5, donde se emplea la misma figura con respecto a Saulo antes de haberse convertido. Israel recibió un castigo más largo que Judá, no siendo restaurado cuando los judíos regresaron de Babilonia. En lo futuro, cuando sean restaurados, confesarán que la dolorosa disciplina a que fueron sometidos les fué enteramente necesaria para “acostumbrarlos” a llevar el “fácil yugo” de Dios (Mateo 11:29). conviérteme—mediante el convertidor Espíritu (Lamentaciones 5:21). Pero, ¿por qué Efraim ruega por su conversión, desde que ya está convertido? Porque nosotros nos convertimos mediante progresivos pasos, y necesitamos el mismo poder de Dios para seguir adelante como para originar nuestra conversión (Juan 6:44, Juan 6:65; cf. con Isaías 27:3; 1 Pedro 1:5; Filipenses 1:6).

19. después que me convertí, tuve arrepentimiento—El arrepentimiento, en el pleno sentido de la palabra, sigue, no precede, a nuestra conversión a Dios, y es producido por Dios (Malaquías 12:10). “La mirada de los judíos a Aquel a quien transpasaron”, dará como resultado el que “hagan llanto por él”. El arrepentimiento es la lágrima que fluye del ojo de la fe vuelto a Jesús. El mismo lo dá; nosotros no lo producimos de nosotros mismos, sino que tenemos que ir a él para que nos lo dé (Hechos 5:31). me conocí—aprendí a conocerme mediante el castigo. Frecuentemente el Espíritu de Dios obra a través de las correcciones de su providencia. herí el muslo—(Ezequiel 21:12). Como señal de indignado remordimiento, de vergüenza y pesar, a causa de su pasado pecado. llevé la afrenta de mis mocedades—“Pues las calamidades que he sufrido fueron el justo castigo de mis escandalosos desenfrenos contra Dios en mi juventud”. Una alusión a los ídolos establecidos en Dan y Betel inmediatamente después de haberse las diez tribus separado de Judá. Su sentido de vergüenza demuestra que ya no se deleita en el pecado.

20. ¿No es Ephraim hijo precioso para mí?—La pregunta indica que se esperaba una respuesta negativa. ¿Quién hubiera pensado que un hijo tan desobediente a su Padre celestial como lo era Efraim, habría de ser mirado por Dios como un hijo en quien su Padre se complace? Ciertamente que no lo era respecto a su pecado. Pero en virtud del “eterno amor” de Jehová, al “volverse” Efraim a él (v. 3), al punto fué acogido por él como “su bien amado hijo”. Este versículo 20 nos revela la presteza de Dios en recibir con agrado al penitente (vv. 18, 19), adelantándose a su conversión mediante su preveniente gracia y amor. Cf. Lucas 15:20 : “Estando aún lejos, viólo su padre venir, y fué movido a misericordia”, etc. hablé—amenazándolo por su idolatría. heme acordado—con favor e interés, como en Génesis 8:1; Génesis 30:22. mis entrañas se conmovieron por él—(Deuteronomio 32:36; Isaías 63:15; Oseas 11:8), a saber, con anhelos de compasivo amor. Las “entrañas” incluyen la región del corazón, el asiento de los afectos.

21. majanoshitos para señalar el camino para el regreso de los desterrados. Las caravanas colocan pilares o montones de piedras, para señalar el camino a través del desierto, para no extraviarse al regresco. Es por eso que Dios dijo a Israel que señalase el camino por donde iban, al partir de su país para el destierro, pues habían de volver por ese mismo camino. calzada—(Isaías 35:8, Isaías 35:10).

22. andarás errante—a saber, en busca de auxilios humanos (cap. 2:18, 23, 36). ¿Por qué no te vuelves a mí inmediatamente? Maurer traduce como en el Cantar de los Cantares de los Cantares 5:6 : ¿Hasta cuándo te has de apartar? Basta con tus pasados desvíos, ahora que se aproxima para ti una nueva era. La falta que Dios descubre en ellos es que miraban a uno y a otro lado, buscando el apoyo de las contingencias, en lugar de confiar sin demora en la palabra de Dios que les prometía restaurarlos. Para asegurarlos de esto, Dios les promete crear una nueva cosa en su tierra, una mujer rodeará a un varón. Esto lo explica Calvino así: Israel, que es débil como una mujer, será superier a los guerreros caldeos; los cautivos reducirán a sus apresadores a cautiverio. Para Hengstenberg la “mujer” es la iglesia judía, y el “hombre”, Jehová, su marido, cuyo amor ella volverá a buscar (Oseas 2:6). Maurer traduce: Una mujer protegerá a un hombre (Deuteronomio 32:10, margen; Salmo 32:10), esto es, no necesitáis temer a ningún enemigo al regresar, porque todas las cosas os serán tan pacíficas que una mujer sería capaz de ocupar el lugar del hombre y constituírse en su protectora. Mas los “padres” de la Iglesia (Agustin, etc.) lo aplicaron casi unánimemente a la Virgen María, la cual rodearía a Cristo en sus entrañas. Esta interpretación está respaldada: (1). Por la relación; ya que expresa la razón por la cual los desterrados desearían regresar a su país, debido a que el Cristo habría de ser concebido en él. (2) La palabra “creará” da a entender que el poder divino se revelaría en tanto grado en la creación de un cuerpo humano en las entrañas de María mediante la acción del Espíritu Santo, para la formación del segundo Adán, como el que se requirió para la creación del primero (Lucas 1:35; Hebreos 10:5). (3) La frase “una nueva cosa” supone algo sin precedente; a saber, que sería un hombre tal como nunca había existido otro igual, pues sería Dios y hombre a la vez; y una madre y virgen mediante extraordinario proceso de genaración, como el concebir por el Espíritu Santo, sin el concurso de varón. (4). La especificación “sobre la tierra”, a saber, de Judá, donde probablemente el Cristo había de ser concebido, en Hebrón (véase Lucas 1:39, Lucas 1:41, Lucas 1:44, con Josué 21:11), o más bien, en Nazaret, “en el territorio” de Israel, al cual se refieren los vv. 5, 6, 15, 18, 21; su nacimiento fué en Belén (Miqueas 5:2; Mateo 2:5). Como se especifica el lugar de su nacimiento en el que habría de criarse (Mateo 2:23), lo mismo que el de su predicación (Hageo 2:7; Malaquías 3:1), es probable que el Espíritu Santo designase asimismo el lugar donde había de ser concebido. (5). La palabra “mujer” en hebreo indica un ser individual, como la Virgen María, más bien que un conjunto de personas. (6). La restauración de Israel se funda en el pacto de Dios en Cristo, al que hace por esto mismo alusión, por ser la base de la esperanza de Israel (véase Isaías 7:14). La concepción del Mesías, por la Virgen María, responde a la “Virgen de Israel” (por eso se llama así, v. 21), esto es, Israel y sus hijos en su restauración final, cuando aceptarían a Jesús como el Mesías (Malaquías 12:10). (7). La alusión a la concepción del niño Mesías concuerda con la mención de la matanza de “niños”, referida en el v. 15 (véase Mateo 2:17). (8). La palabra hebrea traducida “hombre” es propiamente “hombre fuerte”, término que se aplica a Dios (Deuteronomio 10:17); y a Cristo (Malaquías 13:7; cf. Salmo 45:3; Isaías 9:6). [Calovio].

23. Jerusalén volverá a ser la metrópoli de toda la nación, el asiento de la “justica” (Salmo 122:5; Isaías 1:26), así como el centro del culto divino (“santidad”, Malaquías 8:3) en el “Monte” Moria.

24. Judá … ciudades … labradores y los que van con rebaños—dos clases, ciudadanos y campesinos, éstos divididos en agricultores y pastores, todos igualmente seguros, aunque estos últimos tendrían que ester fuera de la protección de los muros de la ciudad. “Judá” está aquí por el campo, como distinto de sus ciudades.

25. La fatiga, la tristeza y el estado de indigencia de Israel no serán obstáculo para que yo los ayude.

26. Las palabras de Jeremías: En esto (o a causa de esto), a saber, del anuncia de una feliz restauración. me desperté del profético sueño con que fuí favorecido (cap. 23:25) con la dulce impresión del mismo, impresa en mi memoria. Dormir aquí significa soñar, como en el Salmo 90:5.

27. El profeta hace ver cómo una tierra tan despoblada volverá a ser poblada. Dios hará que hombres y animales se multipliquen en ella de manera extraordinaria (Ezequiel 36:9; Oseas 2:23).

28. (Cap. 44:27). El mismo Dios que, por decirlo así (en lenguaje humano), buscó todos los medios para destruir, buscará igualmente todos los medios para el logro de su restauración.

29. En aquellos días—Luego que su castigo se haya cumplido y la misericordia los vuelva a visitar. los padres … comieron las uvas agraces (agrias) … y los dientes de los hijos … dentera—Era un proverbio entre los hijosd e los desterrados nacidos en Babilonia, para expresar que ellos sufrían las consecuencias de los pecados de sus padres más bien que las de los suyos (Lamentaciones 5:7; Ezequiel 18:2).

30. (Gálatas 6:5,7).

31. vienen días … haré un nuevo pacto … Jacob … Judá—El nuevo pacto se hará con el Israel literal y con Judá, no con el Israel espiritual, esto es, los creyentes, salvo en sentido secundario y como injertados en el tronco de Israel (Romanos 11:16). Pues el único asunto de que tratan los caps. 30 y 31 es la restauración de los hebreos (cap. 30:4, 7, 10, 18; 31:7, 10, 11, 23, 24, 27, 36). El nuevo pacto con el “resto según la elección de gracia” en Israel, ya se ha efectuado; pero en lo que respecta a toda la nación, su realización está reservada para los últimos días, a los cuales atribuye Pablo esta profecía en forma abreviada (Romanos 11:27).

32. No como el pacto que hice con sus padres—El pacto del Antiguo Testamento lo contrasta con nuestro pacto evangélico (Hebreos 8:8; Hebreos 10:16, donde se cita esta profecía, para probar la abrogación de la ley por el evangelio) cuyos rasgos distintivos son el logno del perdón de los pecados mediante una adecuada expiación de los mismos, y la operación interier de la gracía eficaz que asegura una obediencia permanente. Una prenda de esto la tenemos en parte en la ecléctica o electa composición de la iglesia, de judíos y gentiles. Pero la promesa que se da aquí al Israel de los últimos días es nacional y universal, la que se hará efectiva mediante un extraordinario derramamiento del Espíritu (vv. 33, 34; Ezequiel 11:17), indipendientemente de cualquier mérito por parte de ellos (Ezequiel 36:25; Ezequiel 37:1; Ezequiel 39:29; Joel 2:23; Malaquías 12:10; 2 Corintios 3:16). tomé su mano—(Deuteronomio 1:31; Oseas 11:3). bien que fuí yo un marido—(Véase cap. 3:14; Oseas 2:7). Mas la Versión de los Setenta, la Siríaca y San Pablo (Hebreos 8:9) traducen “No los tuve en consideración”; y Gesenio, etc., justifican esta traducción del hebreo mediante el árabe. Los hebreos no tuvieron a Dios en consideración, y así Dios tampoco los tuvo a ellos.

33. y seré yo a ellos por Dios—(Cap. 32:38).

34. Cierto, especialmente en lo que se refiere a Israel (Isaías 54:13); y en segundo lugar, a los verdaderos creyentes (Juan 6:45; 1 Corintios 2:10; 1 Juan 2:20, Joel 2:20). perdonaré la maldad … y no me acordaré más—(Cap. 33:8; 50:20; Miqueas 7:18); lo que se aplica particularmente a Israel (Romanos 11:27), y secundariamente, a todos los creyentes (Hechos 10:43).

35. que parte la mar y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre—citado en Isaías 51:15, quedando así establecida la autenticidad del pasaje por la autoridad de Jeremías.

36. no ser nación—El sistema de gobierno de Israel fué interrumpido por los romanos. Pero su preservación como pueblo distinto en medio de violentes persecuciones, no obstante hallarse diseminados entre todas las naciones durante diez y ocho siglos sin amalgamarse con ellas, en tanto que los demás pueblos bajo circunstancias semejantes fueron absorbidos por las naciones en medio de las cuales se hallaban dispersos, es un permanente milagro (véase cap. 33:20; Salmo 148:6; Isaías 54:9).

37. (Véase 33:22). por todo lo que hicieron—a saber, todos los pecados. Dios atenderá más bien a la promesa de su pacto que a los méritos de ellos.

38. torre de Hananeel—La ciudad se extenderá más allá de sus anteriores limites (Nehemías 3:1; Nehemías 12:39; Malaquías 14:10). puerta del rincón—(2 Reyes 14:13; 2 Crónicas 26:9).

39. cordel de la medida—(Ezequiel 40:8; Malaquías 2:1). Hereb—de la raíz hebrea rascar; sirƒaco, lepra; el sitio fuera de la ciudad a donde los leprosos eran llevados. Goa—de la raíz hebrea, trabajar, que se refiere al trabajoso ascenso a ese lugar, fuera de la ciudad de David, hacia el suroeste, pues Hareb quedaba al noroeste [Junio.]

40. valle de los cuerpos muertos—Tofet, en donde se arrojaban los cuerpos de los malhechores (Isaías 30:33), al sur de la ciudad. llanuras … de Cedrón—así 2 Reyes 23:4. Estas, en los suburbios, llegaban hasta el arroyo de Cedrón, al este de la ciudad. puerta de los caballos—a través de la cual eran sacados los caballos del rey para refrescarlos en el arroyo de Cedrón (2 Reyes 11:16; Nehemías 3:28). para siempre—La ciudad no sólo será espaciosa, sino santa al Señor, esto es, libre de toda contaminación, y eterna (Joel 3:17, Joel 3:20; Apocalipsis 21:2, Apocalipsis 21:10, Apocalipsis 21:27).

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