En la obra entre los gentiles surgió de manera muy natural la cuestión de la circuncisión, y su dificultad se revela en la convocatoria de un concilio. Ese consejo parece haber comenzado con mucha discusión inconexa. Luego siguieron las contribuciones serias. Se registra la dirección de Peter. En él se enfrentó a un hecho supremo, que al enviarlo a los gentiles, Dios había probado que no hacía distinciones. Los siguientes oradores fueron Pablo y Bernabé, quienes simplemente repitieron la historia de su trabajo.

El resumen de Santiago se caracteriza por la sabiduría, y su hallazgo fue que los gentiles no deberían preocuparse por nada que fuera puramente judío. La dificultad desapareció, la discusión cesó. Se había ganado una notable unanimidad, porque se dice que los apóstoles y los ancianos de toda la Iglesia estaban de acuerdo. Pablo y Bernabé regresaron a Antioquía y se regocijó cuando el mensaje fue entregado a la iglesia.

Aquí se produce una reveladora historia de una marcada división entre estos dos hombres. Pablo parece haber tenido miedo de Marcos, porque se había apartado de ellos en una ocasión anterior, mientras que Bernabé creía en él y lo defendía. Es bueno recordar que posteriormente Marcos fue restaurado al favor de Pablo, como muestran claramente ciertas referencias en sus cartas.

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