Para nosotros, los cristianos. Son la única circuncisión verdadera: el pueblo ahora en pacto con Dios. Que adoran a Dios en espíritu: no apenas en la letra, sino con la adoración espiritual de la santidad interior. Y gloria en Cristo Jesús, como la única causa de todas nuestras bendiciones. Y no tengáis confianza en la carne, en ninguna ventaja o prerrogativa exterior.

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