Efesios 2:1-22

1 En cuanto a ustedes, estaban muertos en sus delitos y pecados,

2 en los cuales anduvieron en otro tiempo conforme a la corriente de este mundo y al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia.

3 En otro tiempo todos nosotros vivimos entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y por naturaleza éramos hijos de ira, como los demás.

4 Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó,

5 aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia son salvos!

6 Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales

7 para mostrar en las edades venideras las superabundantes riquezas de su gracia, por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.

8 Porque por gracia son salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es don de Dios.

9 No es por obras, para que nadie se gloríe.

10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

11 Por tanto, acuérdense de que en otro tiempo ustedes, los gentiles en la carne, eran llamados incircuncisión por los de la llamada circuncisión que es hecha con mano en la carne.

12 Y acuérdense de que en aquel tiempo estaban sin Cristo, apartados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo.

13 Pero ahora en Cristo Jesús ustedes, que en otro tiempo estaban lejos han sido acercados por la sangre de Cristo.

14 Porque él es nuestra paz, quien de ambos nos hizo uno. Él derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad,

15 y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas para crear en sí mismo de los dos hombres un solo hombre nuevo, haciendo así la paz.

16 También reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad.

17 Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para ustedes que estaban lejos y paz para los que estaban cerca,

18 ya que por medio de él ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.

19 Por lo tanto, ya no son extranjeros ni forasteros sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.

20 Han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.

21 En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo hasta ser un templo santo en el Señor.

22 En él también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

EL AMOR Y LA GRACIA DE DIOS MANIFESTADOS AL DARNOS VIDA POR CRISTO. SU PROPOSITO AL HACERLO: EXHORTACION BASADA EN NUESTROS PRIVILEGIOS COMO TEMPLO SANTO, EN CRISTO, POR EL ESPIRITU.

1. Y … vosotros—También a vosotros, entre aquellos que han experimentado su poder que los capacitó para creer (vv. 19-22). [Falta el verbo en el versículo primero. Los traductores de nuestra versión española trataron de suplir la falta, poniendo en letra bastardilla, “Y de ella recibisteis”. El verbo aparece en versículo 5, “nos dió vida”. Debemos leer pues el v. 1, “Y a vosotros, os dió vida”, etc. Nota del Trad.] que estabais muertos—espiritualmente (Colosenses 2:13). Erais un cadáver vivo: sin la presencia amorosa del Espíritu de Dios en el alma, y por esto incapaces de pensar, desear o hacer algo que sea santo. en vuestros delitos y pecados—Como si éste fuese el elemento en que se halla el incrédulo y por el cual está muerto a la vida verdadera. El pecado es la muerte del alma. Isaías 9:2; Juan 5:25, “muertos” (espiritualmente), 1 Timoteo 5:6. “Alejados de la vida de Dios” (cap. 4:18). El griego por “delito” significa “transgresiones” y expresa más bien una caída, o desliz, como la transgresión de Adán, por la cual cayó. “Pecado” da a entender corrupción innata y alejamiento de Dios (lit. enajenación de la mente de la regla de la verdad), exhibidos en actos de pecado (griego, “Hamartémata”). Bengel refiere el término “transgresiones” a los judíos que tenían la ley, mas se rebelaron contra ella: “pecados”, a los gentiles que no conocían a Dios.

2. en otro tiempo anduvisteis conforme a la condición de este mundo—el curso (lit., “la edad”, comp. Gálatas 1:4) o sístema actual de este mundo (1 Corintios 2:6, 1 Corintios 2:12; 1 Corintios 3:18, como opuesto al “mundo venidero”): alejado de Dios y “puesto en maldad” (1 Juan 5:19, Joel 5:19). “La edad” (que a veces es más eterna y ética) regula “el mundo” (que es algo más que externo). conforme al príncipe de la potestad del aire—El dios invisible que está abajo guiando “el curso de este mundo” (2 Corintios 4:4); recorre el aire y anda a nuestro derredor: comp. Marco 4:4, “aves del aire” (griego, “cielo”) es decir, (v. 15), “Satanás” y sus demonios. Comp. cap. 6:12; Juan 12:31. Parece que la ascensión de Cristo echó a Satanás del cielo (Apocalipsis 12:5, Apocalipsis 12:9, Apocalipsis 12:12), donde antes había sido el acusador de los hermanos (Job 1). No pudiendo más acusar en el cielo a los justificados por Cristo, el Salvador ascendido (Romanos 8:33), ahora los ataca en la tierra con todas las pruebas y tentaciones; y por esto “vivimos en un ambiente venenoso y preñado de elementos mortíferos; pero una purificación poderosa del aire será efectuada en la segunda venida de Cristo” [Auberlen], porque Satanás será atado (Apocalipsis 12:12, Apocalipsis 12:15, Apocalipsis 12:17; Apocalipsis 20:2). El término “potestad” se usa aquí colectivamente para significar los “poderes del aire”. En aposición con dichos “poderes” están los “espíritus”, comprendidos en el singular, “el espíritu”, pero tomado también colectivamente: el conjunto de “espíritus seductores” (1 Timoteo 4:1) que “obran ahora en los hijos de desobediencia” (hebraísmo: hombres que no son desobedientes meramente por accidente, sino que son esencialmente hijos de desobediencia. Comp. Mateo 3:7), y de los cuales se dice aquí que Satanás es “el príncipe”. El griego en este pasaje no permite que “el espíritu” se refiera a Satanás, “el príncipe” mismo, sino a “los poderes del aire”, de los cuales él es príncipe. Los poderes del aire son la personificación de aquel “espíritu” malvado que es el principio gobernante de los incrédulos, especialmente de los paganos (Hechos 26:18), como contrario al espíritu de los hijos de Dios (Lucas 4:33). La potencia de aquel “espíritu” se ve en la “desobediencia” de los incrédulos. Véase Deuteronomio 32:20, “hijos sin fe” (Isaías 30:9; Isaías 57:4). Desobedecen al evangelio tanto en la fe como en la práctica (2 Tesalonicenses 1:8; 1 Corintios 2:12).

3. todos nosotros también—Es decir, judíos y gentiles. Pablo aquí se une a la misma categoría de ellos, pasando aquí de la segunda (vv. 1, 2) a la primera persona. vivimos … haciendo la voluntad de la carne—Más correctamente, “nos condujimos” según la carne (2 Corintios 1:12; 1 Pedro 1:18). Esta expresión da a entender un curso externo más decoroso, que el “caminar” abiertamente en pecados vergonzosos como lo hacía la mayoría de los efesios en tiempos pasados, es decir, la parte gentil a la cual puede referirse especialmente el v. 2. Aunque Pablo y sus compatriotas judíos eran exteriormente más decentes que los gentiles (Hechos 26:4, Hechos 26:18), esencialmente habían sido como ellos en vivir para la carne vieja, sin el Espíritu de Dios. y de los pensamientos—Sugestiones y propósitos de la mente (independientes de Dios), como distinguidos de los impulsos ciegos de “la carne”. éramos por naturaleza—Intencionalmente cambia Pablo la construcción, “éramos” por “y siendo”, para señalar enfáticamente el estado anterior de el y de ellos por naturaleza, en contraste con su actual estado de gracia. Esto no quiere decir meramente que por causa de nuestra manera de vivir, complaciendo los deseos de la carne, éramos “hijos de ira”; sino que éramos por naturaleza originalmente “hijos de ira” y, por consiguiente, nuestra manera de vivir consistia en complacer los deseos carnales. “Naturaleza”, en griego, da a entender lo que ha crecido en nosotros, como la peculiaridad de nuestro ser, se crece con nuestro crecimiento, y se fortalece con nuestra fortaleza, como si fuese cosa distinta de lo que ha sobrevenido a nosotros por influencias meramente externas: lo que es inherente, no adquirido (Job 14:4; Salmo 51:5). Una prueba incidental de la doctrina del pecado original. hijos de ira—No meramente “hijos de desobediencia” (v. 2), ni por adopción, como pueden serlo los “hijos”, sino “hijos” por generación. El orden en el griego señala más enfáticamente esta corrupción innata: “Los que en nuestra (misma) naturaleza éramos hijos de ira”. En el v. 5, la “gracia” se opone a la “naturaleza” mencionada aquí; y la salvación (entendida en los vv. 5, 8, “salvos”) se opone a la “ira”. Véase el Artículo IX, del libro de Oraciones Comunes de la Iglesia de Inglaterra. “El pecado original, o de nacimiento, no consiste en seguir a Adán, sino que es la naturaleza corrupta de todo hombre naturalmente engendrado de Adán [Cristo, sin embargo, fué engendrado sobrenaturalmente por el Espíritu Santo en la Virgen], por lo cual el hombre está lejos de la justicia original y se inclina al mal. Por lo tanto, toda persona nacida en este mundo merece la ira y la condenación de Dios.” Pablo enseña que aun los judíos, quienes se jactaban de su descendencia de Abrahán, eran por nacimiento natural igualmente hijos de ira como los gentiles a quienes los judíos despreciaban a causa de su nacimiento de padres idólatras (Romanos 3:9; Romanos 5:12). “La ira de Dios está sobre” todos los que desobedecen al evangelio en fe y en práctica (Juan 3:36). La frase “hijos de ira” es un hebraísmo que significa que somos objeto de la ira de Dios desde la niñez, en nuestro estado natural, por haber nacido en el pecado, el cual Dios aborrece. Así se entiende también “hijo de muerte” (Margen, 2 Samuel 12:5); “hijo de perdición” (Juan 17:12; 2 Tesalonicenses 2:3). como los demásGriego, “como los restantes” de la humanidad lo son (1 Tesalonicenses 4:13).

4. Dios, que es rico en misericordiaGriego, “siendo rico en misericordia”. por su mucho amor—“a causa de su gran amor”. Este fué el motivo especial de que Dios nos salvara; así como el ser “rico en misericordia” (comp. v. 7; cap. 1:7; Romanos 2:4; Romanos 10:12) fué la base general. “La misericordia quita la aflicción ocasionada por el pecado, el amor confiere la salvación”. [Bengel].

5. estando nosotros muertos en pecados—La mejor lección en el griego, “muertos en nuestras (lit., las) transgresiones”. nos dió vida—Nos “vivificó” espiritualmente, para después vivificarnos corporalmente. Tiene que haber una resurrección espiritual del alma, antes de que pueda haber una resurrección del cuerpo [Pearson] (Juan 11:25; Romanos 8:11). juntamente con Cristo—Estando sentada la Cabeza, que es Cristo, a la diestra de Dios, se sienta allí también con él el cuerpo, que somos nosotros [Crisóstomo]. Estamos sentados allí en él (“en Cristo Jesús”, v. 6), como nuestra cabeza, la base de nuestra esperanza; y más tarde nos sentaremos con el, porque es él quien nos ha conferido tal honor, y ha hecho que la esperanza se transforme en realidad. [Pearson]. Lo que Dios obró en Cristo, obró (por el mismo hecho) en todos los que están unidos con Cristo, y son uno en él. por gracia sois salvosgriego, “Estáis en el estado de salvados”; no meramente “estáis siendo salvados”, sino que “habéis pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). La salvación del cristiano, no es una cosa que se espera más tarde, sino una cosa realizada ya (1 Juan 3:14, Joel 3:14). La introducción de esta cláusula parentética aquí (v. 8) se debe a una explosion del sentir de Pablo a fin de lograr que los efesios sientan que la gracia, desde el principio hasta el fin, es la única fuente de la salvación: por esto también dice, “vosotros”, no “nosotros”.

6. juntamente nos resucitó—con Cristo. La “resurrección” presupone la previa vivificación de Jesús en la tumba, y de nosotros en el sepulcro de nuestros pecados. y asimismo nos hizo sentar en los cielos—con Cristo, en su a scensión. Los creyentes tienen derecho a estar en el cielo corporalmente. Virtualmente lo están en espíritu, y cada uno tiene su lugar propio designado, del cual, en tiempo debido, tomará posesión (Filipenses 3:20). No dice “a la diestra de Dios”; prerrogativa reservada particularmente para Cristo; aunque ellos participarán con él en su trono (Apocalipsis 3:21). con Cristo Jesús—Nuestra unión con él es la base de nuestra actual resurrección y ascensión espirituales como también de la futura resurrección y ascensión corporales. “Cristo Jesús”, es el nombre generalmente usado en esta Epístola, porque en ella el oficio de Cristo como profeta, sacerdote y rey ungido, es el pensamiento prominente; cuando la Persona de Jesús es la idea prominente, se usa el nombre “Jesucristo”.

7. Para mostrar en los siglos venideros … etc.—Griego, “Para que mostrase (la voz media reflexiva, indicando acción para su propio interés, para su propia gloria, cap. 1:6, 12, 14) en las edades que están viniendo”, es decir, las edades benditas del evangelio, las cuales reemplazarán “la edad de este mundo” (v. 2) y las “edades” pasadas de las cuales estaba escondido el misterio (Colosenses 1:26). Estas edades del evangelio, aunque empezaron con la primera predicación del mismo, y desde entonces siguen una a otra continuamente, no son consumadas mientras no venga otra vez el Señor (comp. cap. 1:21; Hebreos 6:5). La palabra “venideros” no excluye el tiempo presente en aquel entonces, sino simplemente da a entender las edades que seguirían a aquel tiempo cuando Cristo “juntamente los resucitó” en espíritu. (v. 6), en su bondad—“benignidad”. en Cristo—Esta misma expresión es repetida frecuentemente, para hacer notar que todas nuestras bendiciones se concentran “en él”.

8. Porque por gracia sois salvos—Ilustrando “las abundantes riquezas de su gracia en su bondad”. Tradúzcase como en el v. 5, “Estáis salvados”, tiempo perfecto, voz pasiva, “Habéis sido salvados, y quedáis salvados.” por la fe—El efecto del poder de la resurrección de Cristo (cap. 1:19, 20; Filipenses 3:10), por el cual somos “resucitados juntamente” con él (v. 6; Colosenses 2:12). Algunos de los manuscritos más antiguos leen, “por vuestra (lit., “la”) fe”. La fe es el instrumento o el medio de parte de la persona salvada. Cristo sólo es el agente meritorio. y esto no de vosotros—Es decir, el acto de creer, o “la fe”, no proviene de vosotros. “De vosotros” está en oposición con “es don de Dios” (Filipenses 1:29). “El que yo haya dicho, “por fe”, no quiero que se entienda como si yo exceptuara la fe misma de la gracia”. [Estio]. “Dios justifica al hombre creyente, no por el mérito de su creencia, sino por el mérito de Aquel en quien cree”. [Hooker]. La iniciación, así como también el crecimiento de la fe, es de parte del Espíritu de Dios, no por la propuesta externa de la palabra, sino por la iluminación interna en el alma. [Pearson]. Sin embargo, “la fe” viene por los medios de los cuales el hombre tiene que valerse: “la fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17) y la oración (Lucas 11:13), aunque la bendición es completamente de parte de Dios (1 Corintios 3:6).

9. No por obras—Esta cláusula está en contraste con la frase “por gracia”, como se confirma por Romanos 4:4; Romanos 11:6. para que nadie se gloríe—(Romanos 3:27; Romanos 4:2).

10. somos hechura suyalit., “cosa de su hacer”. Aquí se refiere a la creación espiritual, no a la física (vv. 8, 9). criados—habiendo sido criados (cap. 4:24; Salmo 102:18; Isaías 43:21; 2 Corintios 5:5, 2 Corintios 5:17). para buenas obras—“Las buenas obras” no pueden ser hechas, mientras no seamos “criados de nuevo para” ellas. Pablo nunca llama “buenas obras” a las obras de la ley. No somos salvos por, sino criados para, buenas obras. las cuales Dios preparóGriego, “preparó de antemano” (comp. Juan 5:36). Dios en sus propósitos señala de antemano las buenas obras especiales para cada uno, y el tiempo y las maneras que él cree más convenientes. Por su providencia prepara las oportunidades para las obras, y nos prepara a nosotros para la ejecución de las mismas (Juan 15:16; 2 Timoteo 2:21). para que anduviésemos en ellas—No para que fuésemos salvos por ellas. Las obras no justifican, pero el justificado obra (Gálatas 5:22).

11. Acordaos que en otro tiempo vosotros—Tal recuerdo profundiza la gratitud, y fortalece la fe (v. 19). [Bengel]. los gentiles en la carne—Gentiles respecto a la circuncisión. que erais llamados incircuncisión—Los gentiles eran llamados, por desprecio, incircuncisión, y lo eran; los judíos eran llamados circuncisión, pero no lo eran en verdad. [Ellicott]. hecha con mano en la carne—y como contraria a la verdadera “circuncisión del corazón, en el espíritu, no en la letra” (Romanos 2:29). “No hecha con manos, con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne en la circuncisión de Cristo” (Colosenses 2:11).

12. en aquel tiempo estabais sin CristoGriego, “separados de Cristo”; no teniendo parte alguna en él; lejos de él. Se necesitaría una palabra distinta griega (aneu) para expresar, “Cristo no estaba presente con vosotros”. [Tittm.] alejados de la república de IsraelGriego, “enajenados de”. No meramente “separados de”. Los judíos fueron “cortados” o excluídos de la “república” de Dios, porque se consideraron justos en sí mismos, cuando eran indolentes e indignos, y no como alejados y extranjeros. [Crisósmo]. La expresión “alejados de” da a entender que los gentiles, antes de apostatar de la fe primitiva, habían sido participantes de la luz y de la vida (comp. cap. 4:18, 23). La esperanza de la redención por el Mesías, así como su apostasía subsiguiente, estaba incorporada en una “república” o bien común (griego “politía”), la “de Israel”, de la cual los gentiles estaban enajenados. Contrástese v. 13; cap. 3:6; 4:4, 5, con Salmo 147:20. extranjeros a los pactos de la promesa—“La promesa” definida, es decir, “a ti y a tu simiente daré esta tierra” (Romanos 9:4; Gálatas 3:16). El plural “los pactos”, da a entender las varias repeticiones del pacto con Abrahán, con Isaac, con Jacob, y con todo el pueblo en el Sinaí. [Alford]. El término “promesa” es singular, para significar que el pacto, en realidad y substancialmente, es uno y el mismo siempre, y es sólo diferente en sus accidentes y circunstancias externas (comp. Hebreos 1:1, “muchas veces y en muchas maneras”). sin esperanza—Más allá de esta vida (1 Corintios 15:19). Las suposiciones de los filósofos paganos en cuanto al porvenir fueron vagas y del todo inadecuadas. No tenían ninguna “promesa” divina, y por lo tanto, ningún fundamento de “esperanza”. Epicuro y Aristóteles no creían en ninguna vida futura. Los platonistas creían que el alma pasaba por cambios perpetuos, unas veces felices, otras miserables. Los estoicos creían que la vida existiría sólo hasta el tiempo de la consumación de todas las cosas. y sin DiosGriego, “ateos”; es decir, que ellos no tenían un “Dios” en el sentido en que usamos nosotros la palabra, el Ser Eterno, quien hizo y gobierna todas las cosas (comp. Hechos 14:15, “Que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra. y la mar, y todo lo que hay en ellos”); mientras que los judíos tenían ideas claras acerca de Dios y la inmortalidad. Comp. Gálatas 4:8 : “No conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses” (1 Tesalonicenses 4:5). De modo que todos los panteístas son ateos, porque un dios impersonal no es dios ninguno, y una inmortalidad ideal no es inmortalidad. [Tholuck]. en el mundo—En contraste con el privilegio de pertenecer a “la república de Israel”. Antes tenían su porción y su todo en este mundo vano e impío (Salmo 17:14), del cual Cristo liberta a su pueblo (Juan 15:19; Juan 17:14; Gálatas 1:4).

13. Mas ahora—en contraste con “en aquel tiempo” (v. 12). en Cristo Jesús—Aquí se agrega el nombre “Jesús”, mientras que en la expresión anterior (v, 12) se usó solamente el nombre “Cristo”, para hacer notar que ellos conocían a Cristo como el Salvador personal, “Jesús”. vosotros que en otro tiempogriego, “tiempo anterior”. estabais lejos—Esta era la descripción judía de los gentiles: Lejos de Dios y lejos del pueblo de Dios (v. 17; Isaías 57:19; Hechos 2:39). habéis sido hechos cercanos por la sangre de CristoGriego, “en”. Así, “la sangre de Cristo” se hace el sello de un pacto en el cual consiste su cercanía a Dios. En el cap. 1:7, se habla de la sangre más directamente como el instrumento de la redención; es “por medio de su sangre”. [Alford].

14. él [Cristo]—griego, “él mismo” solo, preeminentemente, y ninguno otro. Enfático. es nuestra paz—No meramente el “pacificador”, sino “él mismo” el precio de nuestra paz con Dios (de judíos y de gentiles igualmente) y así el vinculo de union entre “ambos” en Dios. El tomó a ambos a sí, y los reconcilió, es decir, los unió a Dios, al tomar él nuestra naturaleza y asumir nuestras responsabilidades (v. 15; Isaías 9:5; Isaías 53:5; Miqueas 5:5; Colosenses 1:20). Su título “Shiloh” quiere decir también “paz” (Génesis 49:10). de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separaciónGriego, “partición” o “vallado”; es decir, la pared intermedia que separaba a los judios de los gentiles. Habia una balaustrada de piedra que separaba el patio de los gentiles del lugar santo (en el templo de Jerusalén), y si un gentil la cruzaba, sufría la pena de muerte. Pero esta pared, a la cual se refiere el apóstol incidentalmente, no era sino un símbolo de la separacion misma, es decir, de “la enemistad” entre “ambos” y Dios (v. 15), siendo ésta la verdadera causa de la separación de Dios, y la causa mediata de la separacion entre judíos y gentiles. Por esto hupo doble pared de separacion; la pared interior, que separaba al pueblo judío de la entrada al lugar santo del templo donde oficiaban los sacerdotes, y la otra la pared exterior que evitaba que los prosélitos gentiles tuviesen acceso al patio de los judíos (comp. Ezequiel 44:7; Hechos 21:28). Así pues, esta pared doble representaba la ley sinaitica, que separaba a todos los hombres, aun a los judios, de su acceso a Dios (por el pecado, que es la violación de la ley), y también separaba a los gentiles de los judíos. Así como la palabra “pared” da a entender la firmeza de la partición; así el término “vallado” da a entender algo que podia ser fácilmente quitado por Dios cuando viniera el tiempo propicio.

15. Dirimiendo en su carne las enemistades—Más bien, hágase del término “enemistades” una aposicion a la frase “pared intermedia de separación”; “derribando la pared intermedia de separación” (entre todos los hombres y Dios), es decir, “las enemistades (Romanos 8:7) en su carne” (comp. v. 16; Romanos 8:3). la ley de los mandamientos en orden a ritosGriego, “la ley de los mandamientos consistente en ritos”. La ley fué la “partición” o “vallado” que daba cuerpo a la expresión de las “enemistades” (la “ira” de Dios contra nuestro pecado, y nuestra enemistad para con él, v. 3) (Romanos 4:15; Romanos 5:20; Romanos 7:10; Romanos 8:7). Cristo, en, o por su cuerpo crucificado la ha abolido en cuanto concierne a su poder de condenar y crear enemistad (Colosenses 2:14), sustituyendo por ella la ley del amor, que es el espíritu eterno de la ley y que fluye de la realización en el alma del creyente, del amor de Cristo manifestado en su muerte por nosotros. Tradúzcase lo que sigue: “Para crear a los dos (el judío y el gentil) en un hombre nuevo”. No para que pudiese reconciliar meramente a los dos, el uno con el otro, sino para incorporarlos en un nuevo hombre, habiendo sido reconciliados con Dios en Cristo, y habiendo muerto, juntamente con Cristo en la cruz el viejo hombre a quien pertenecían los dos, y que era enemigo de Dios. Nótese, también, la expresión UN hombre nuevo. Ante Dios, todos somos uno en Cristo, así como somos uno en Adán. [Alford]. haciendo la paz—Primeramente, entre todos los hombres y Dios, en segundo lugar, entre las judíos y los gentiles; ya que es él “nuestra paz”. Esta “pacificación” acontece antes de la publicación de la misma (v. 17).

16. Y reconciliar por la cruz … etc.—Tradúzcase: “Y reconciliar a ambos en un cuerpo (la iglesia, Colosenses 3:15) con Dios, por la cruz”. La palabra griega por “reconciliar” (apocataláxe), hallada únicamente aquí y en Colosenses 1:20, expresa no sólo volver uno al favor de otro (cataláge), sino hacer a un lado la enemistad de tal modo que sigue la completa amistad; es decir, pasando enemistad a completa reconciliación. [Tittm.] matando en ella—“en” o “por la cruz”, es decir, su crucifixión (Colosenses 2:15). las enemistades—La que había existido entre el hombre y Dios, y también aquella que existia entre el judío y el gentil, la cual había resultado de la primera. Cristo con su muerte mató la enemistad (comp. Hebreos 2:14).

17. Y vino, y anunció la paz—“Viniendo anunció buenas noticias de paz”. “Viniendo”, de su propio amor espontáneo, “anunció paz” con su propia boca a los apóstoles (Lucas 24:36; Juan 20:19, Juan 20:21, Juan 20:26); y por medio de éstos a otros, mediante su Espiritu presente en su iglesia (Juan 14:18). Hechos 26:23, es estrictamente paralelo. Después de su resurrección, “anunció la paz al pueblo” (“a los que estaban cerca”) y a los gentiles” (“a vosotros que estabais lejos”) por su Espíritu que habitaba en sus ministros (comp. 1 Pedro 3:19). y a los que … etc.—Los manuscritos más antiguos insertan “paz” otra vez: “Y paz a los que”. La repetición da a entender el gozo que experimentarían a cada momento al pensar que reinaba entre ellos la “paz”. Así Isaías 57:19.

18. Que por él … tenemos entrada … al Padre—Tradúzcase: “Porque es por él (Juan 14:6; Hebreos 10:19) que tenemos (judíos y gentiles) nuestra entrada (cap. 3:12; Romanos 5:2), en (es decir, unidos en, o por, 1 Corintios 12:13, griego) un Espíritu al Padre”, es decir, como nuestro Padre común, reconciliado con ambos igualmente; por lo cual ha sido quitada toda separación entre judío y gentil. A la unidad del “Espíritu”, por el cual tenemos ambos acceso al Padre, necesariamente sigue la unidad del cuerpo, la iglesia (v. 16). La distinción de las personas que forman la divina Trinidad aparece en este versículo. Este versículo está en contra de la teoría de que los sacerdotes profesionales en el evangelio son el único medio por el cual el pueblo puede acercarse a Dios. Todos por igual, pueblo y ministros, pueden acercarse a Dios por medio de Cristo, su Sacerdote que vive para siempre.

19. Así que ya no sois extranjeros—Más bien, “transeúntes”, término contrario a “miembros de familia”; así como la palabra “extranjeros” está opuesta a “conciudadanos”. Véase en Filipenses 3:19, la palabra “vivienda”, griego, “ciudadanía”. sino—Los manuscritos más antiguos agregan, “sois”. ciudadanos con los santos—En “la república de Israel” (espiritual) (v. 12). y domésticos de Dios—Aquí se menciona al Padre; Jesucristo aparece en el v. 20, y el Espíritu en el v. 22.

20. Edificados sobre el fundamento—comp. 1 Corintios 3:11. La misma figura de un edificio usó el apóstol en el cap. 3:18, en su discurso ante los ancianos de Efeso (Hechos 20:32) y en su Epístola a Timoteo en Efeso (1 Timoteo 3:15; 2 Timoteo 2:19). Naturalmente esta figura fué sugerida por la arquitectura espléndida del templo de Diana; la gloria del templo cristiano es eterna y real, no mera ostentación idolátrica. La imagen de un templo espiritual es apropiada a los cristianos judíos; así como el templo en Jerusalén fué la fortaleza del judaísmo; y el de Diana lo era del paganismo. de los apóstoles—Es decir, “sois edificados sobre su ministerio y vivo ejemplo” (véase Mateo 16:18). Cristo mismo, el único fundamento verdadero, fué el gran tema del ministerio de los apóstoles y la fuente de su vida. y profetas—Como si fuesen uno con Pablo y sus colaboradores, a ellos también, en un sentido secundario, se les llama “fundamento” (Apocalipsis 21:14). Los “profetas” están unidos a los apóstoles íntimamente; porque la expresión aquí no dice: “fundamentos de los apóstoles y de los profetas”, sino: “fundamentos de los apóstoles y profetas”. Porque la doctrina de ambos fué esencialmente una (1 Pedro 1:10; Apocalipsis 19:10). Los apóstoles toman la precedencia (Lucas 10:24). Así que, con propiedad, Pablo muestra consideración hacia las pretensiones de los judíos y los gentiles: representando “los profetas” la vieja dispensación judía, y “los apóstoles” la nueva. Aquí se incluyen también los “profetas” de la nueva dispensación. Bengel y Alford refieren el sentido sólo a estos últimos (cap. 3:5; 4:11). Estos pasajes dan a entender, me parece, que los profetas del Nuevo Testamento no son excluídos; pero la clara referencia del apóstol al Salmo 118:22, “la piedra, cabeza del ángulo”, evidencia que los profetas del Antiguo Testametno están aquí implicados en especialidad. A David se le llama “profeta” en Hechos 2:30. Compárese también Isaías 28:16. Este es otro profeta que viene a la mente de Pablo, y cuya profecía se apoya en una anterior de Jacob (Génesis 49:24). El sentido del contexto también conviene a esto: Una vez erais extranjeros de la república de Israel (en el tiempo de los profetas del Antiguo Testamento), pero ahora sois miembros del verdadero Israel, edificados sobre el fundamento de los apóstoles del Nuevo Testamento y los profetas del Antiguo. Pablo continuamente identifica su enseñanza con la de los viejos profetas de Israel (Hechos 26:22; Hechos 28:23). siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo—Las piedras valiosas y fundamentales del templo (1 Reyes 5:17) tipificaban la misma verdad (véase Jeremias 51:26). La misma piedra es a la vez la piedra del ángulo y la piedra fundamental sobre la cual descansa todo el edificio. Pablo supone una piedra o roca tan grande y arreglada en tal forma que pudiera ser las dos cosas al mismo tiempo: que soportara todo, como el fundamento, y en parte se levantara de las extremidades para permitir que las paredes del costado se encontrasen con ella, y fuesen unidas a la piedra del ángulo. [Zanquio]. Así como la piedra del ángulo es conspicua, así lo es Cristo (1 Pedro 2:6). Sobresaliente en el camino puede hacer tropezar a alguien, así como los judíos tropezaban en Cristo (Mateo 21:42; 1 Pedro 2:7).

21. En el cual—como manteniendo unido el todo. compaginado todo el edificio—ajustada cada parte en su lugar. va creciendo—continuamente. Aquí se agrega a la figura un pensamiento adicional: la iglesia crece como un organismo vivo, y no como un mero edificio. Véase 1 Pedro 2:5 : “Vosotros también como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual”. Véanse cap. 4:16; Malaquías 6:12 : “El Pimpollo … edificará el templo de Jehová”, donde las dos ideas del crecimiento de una rama y de la edificación de un templo, están unidas. para ser un templo santo en el Señor—por ser la “habitación de Dios” (v. 22). Así “en el Señor” (Cristo) corresponde a “en Espíritu” (v. 22; comp. cap. 3:16, 17). “Cristo es la Cabeza de todo el edificio, y el elemento en el cual tiene su existencia y ahora su crecimiento” [Alford].

22. En el cual sois juntamente edificadosTradúzcase, “Estáis siendo edificados”. para morada de Dios en Espíritu—Dios, por medio de su Espíritu habita en los creyentes, (1 Corintios 3:16; 1 Corintios 6:19; 2 Corintios 6:16).

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