Malaquías 3:1-18

1 “He aquí yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí. Y luego, repentinamente, vendrá a su templo el Señor a quien buscan, el ángel del pacto a quien ustedes desean. ¡He aquí que viene!, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.

2 ¿Quién podrá resistir el día de su venida? o ¿quién podrá mantenerse en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador y como lejía de lavanderos.

3 Él se sentará para afinar y purificar la plata porque purificará a los hijos de Leví. Los afinará como a oro y como a plata, y ofrecerán al SEÑOR ofrenda en justicia.

4 Así será grata al SEÑOR la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño y como en los tiempos antiguos.

5 “Entonces me acercaré a ustedes para juicio y seré veloz testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran para engañar, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano, y contra los que hacen agravio al forastero sin ningún temor de mí”, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.

6 “¡Porque yo, el SEÑOR, no cambio; por eso ustedes, oh hijos de Jacob, no han sido consumidos!

7 Desde los días de sus padres se han apartado de mis leyes y no las han guardado. ¡Vuélvanse a mí y yo me volveré a ustedes!, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos. Pero ustedes dijeron: ‘¿En qué nos hemos de volver?’.

8 ¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues ustedes me han robado! Pero dicen: ‘¿En qué te hemos robado?’. ¡En los diezmos y en las ofrendas!

9 Malditos son con maldición porque ustedes, la nación entera, me han robado.

10 “Traigan todo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Pruébenme en esto, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.

11 A causa de ustedes increparé también al devorador, para que no les consuma el fruto de la tierra ni su vid en el campo se quede estéril, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.

12 Y así todas las naciones les dirán: ‘Bienaventurados’, porque serán tierra deseable”, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.

13 “Duras han sido las palabras de ustedes contra mí, ha dicho el SEÑOR. Pero dicen: ‘¿Qué hemos hablado contra ti?’.

14 Han dicho: ‘Está demás servir a Dios’ y ‘¿Qué provecho sacamos de guardar su ley y de andar tristes delante del SEÑOR de los Ejércitos?

15 Ahora, nosotros consideramos que son felices los arrogantes y que los que hacen impiedad son prosperados, y que a pesar de que ponen a Dios a prueba, escapan sin castigo’ ”.

16 Entonces los que temían al SEÑOR hablaron cada uno con su compañero, y el SEÑOR prestó atención y escuchó. Y fue escrito un libro como recordatorio delante de él, para los que temen al SEÑOR y para los que toman en cuenta su nombre.

17 “En el día que yo preparo, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, ellos serán para mí un especial tesoro. Seré compasivo con ellos como es compasivo el hombre con su hijo que le sirve.

18 Entonces se volverán y podrán apreciar la diferencia entre el justo y el pecador, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

CAPITULO 3

LA VENIDA DEL MESIAS, PRECEDIDA POR SU PRECURSOR, PARA CASTIGAR AL CULPABLE POR LOS VARIOS PECADOS, Y RECOMPENSAR A LOS QUE TEMEN A DIOS.

1. He aquí—llamando especialmente la atención a las importantes verdades que siguen. Vosotros incrédulamente preguntáis: ¿Dónde está el Dios de juicio (2:17)? “He aquí—por tanto—yo envío mi mensajero …” Vuestra incredulidad no evitará que yo guarde mi pacto, y lleve a cabo en debido tiempo aquello que vosotros decís que nunca será cumplido. yo envío … y luego vendrá—El Padre envía al Hijo; y el Hijo viene. Probando la distinción de personalidad entre el Padre y el Hijo. mi mensajero—Juan el Bautista; como lo prueban Mateo 3:3; Mateo 11:10; Marco 1:2; Lucas 1:76; Lucas 3:4; Lucas 7:26; Juan 1:23. Esta pasaje de Malaquías evidentemente descansa en el de Isaías su predecesor (Isaías 40:3). Quizá también, como Hengstenberg piensa, “mensajero” incluye la larga línea de profetas encabezada por Elías (por lo que su nombre está puesto en el 4:5 como un nombre representativo), y terminando en Juan, el último y el más grande de los profetas (Mateo 11:9). Juan como el profeta representativo (el precursor del Mesías, el representativo hombre divino), que reúne en sí mísmo todos los lineamientos esparcidos de las profecías anteriores (de ahí que Cristo lo llama “mucho más que un profeta,” Lucas 7:26), y que reproduce todas las terribles y no obstante inspiradoras declaraciones de aquéllas: su aspecto tosco, como el de los antiguos profetas, siendo una exhortación visible al arrepentimiento; la soledad en la cual predicó, la cual simbolizaba el estado inanimado y estéril política y espiritualmente de los judíos de aquel entonces; sus temas, el pecado, el arrepentimiento, y la salvación, que presentaban por última vez el candensado epítome de todas las previas enseñanzas de Dios por sus profetas; de modo que él es llamado preeminentemente el “mensajero” de Dios. Por esto es que la más antigua y la verdadera lección de Marco 1:2 reza: “como está escrito en Isaías el profeta;” la dificultad de la cual es: ¿cómo puede la profecía de Malaquías atribuirse a Isaías? La explicación es: que el pasaje de Malaquías se apoya en el de Isaías 40:3, y por tanto se refiere a la fuente original de la profecía a fin de señalar esta dependencia y conexión. el SeñorHa-Adon en el hebreo. El artículo (“ha”) señala que es JEHOVA (Éxodo 23:17; Éxodo 34:23; véase Josué 3:11, Josué 3:13). Véase Daniel 9:17, donde el divino Hijo está indicado por “por amor del Señor.” Dios, el que habla hace que “el Señor” sea el “mensajero del pacto,” uno consigo mismo, cuando dice: “envió mi mensajero … delante de mí,” y agrega: “vendrá … el Señor”; así que el Señor debe ser uno con el “mí,” es decir, él debe ser el DIOS, “delante” del cual Juan fué enviado. Como la divinidad del Hijo y su unidad con el Padre son de esta manera probadas, así la distinción de personalidad es probada por el “Yo envió” y “él vendrá,” como para distinguirlos uno de otro. El también viene al templo como “su templo:” señalando su divino señorío sobre él, como contrastándolo con todas las criaturas, que no son sino “siervos en” él (Hageo 2:7; Hebreos 3:2, Hebreos 3:5). a quien vosotros buscáis … a quien deseáis—(Véase Nota,Hebreos 2:17.) En su primera venida ellos “buscaron” y “se deleitaron” en la esperanza de un Salvador temporal; no en lo que él era entonces. En el caso de aquellos a quienes Malaquías se dirige en su tiempo, las palabras, “a quien vosotros buscáis … a quien deseáis,” son irónicas. En su incredulidad habían preguntado: ¿Cuándo vendrá él al fin?Hebreos 2:17 : ¿Dónde está el Dios de juicio? (Isaías 5:19 : Amós 5:18; 2 Pedro 3:3). En el caso de los piadosos, el deseo por el Mesías era sincero (Lucas 2:25). El es llamado “Angel de la presencia de Dios” (Isaías 63:9), también el Angel de Jehová. Véase sus apariciones a Abrahán (Génesis 18:1, Génesis 18:17, Génesis 18:33), a Jacob (Génesis 31:11; Génesis 48:15), a Moisés en la zarza (Éxodo 3:2); él fué delante de Israel como el Shekinah (Éxodo 14:19), y entregó la ley en Sinaí (Hechos 7:38). luego vendrá—“de repente” (Versión Inglesa). Este epíteto señala la segunda venida, más bien que la primera; la señal de aquella inesperada venida (Lucas 12:38; Apocalipsis 16:15) para juicio fueron dadas en la expulsión judicial de los cambístas profanadores del templo, por el Mesías (Mateo 21:12), donde también como aquí, él llama al templo su templo. También en la destrucción de Jerusalén, casi inesperada por los judíos, los que hasta el fin se engañaban con la expectación de que el Mesías aparecería como un Salvador temporsal. Véase el uso de “súbitamente” (“luego” en nuestra versión) en Números 12:4, donde Dios apareció en ira. ángel del pacto—es decir, del antiguo pacto con Israel (Isaías 63:9) y Abrahán, en el cual la promesa a los gentiles se incluye finalmente (Gálatas 4:16). El evangelio en sus primera venida empieza con Israel, después abraza al mundo gentil; así también será en la segunda venida. Todas las manifestaciones de Dios en el Antiguo Testamento, el Shekinah y las apariciones humanas, fueron hechas en la persona del Hijo divino (Éxodo 23:20; Hebreos 11:26; Hebreos 12:26). El era el mensajero del antiguo pacto, tanto como del nuevo.

2. (Hebreos 4:1; Apocalipsis 6:16.) El Mesías vendría, no como ellos esperaban, para lisonjear o favorecer los prejuicios de la nación teocrática, sino para someter los principios de ellos a la ardiente prueba de su verdad, que escudriña el corazón (Mateo 3:10), y para destruir a Jerusalén y a la teocracia, después que ellos lo hubieran desechado a él. Su misión se considera aquí como un todo desde la primera venida hasta la segunda; el proceso de definir y separar a los píos de los impíos, comenzado durante la permanencia de Cristo sobre la tierra, va adelante desde entonces, y continuará hasta la separación final (Mateo 25:31). El proceso de refinamiento, por medio del cual un tercio de los judíos son purificados, como la plata de su escoria, mientras los dos tercios perezcan, se describe en Malaquías 13:8 (véase Isaías 1:25).

3. Y sentarse ha—El purificador se sienta delante del crisol, fijando su ojo sobre el metal, y teniendo cuidado de que el fuego no sea demasiado fuerte, y manteniendo en él el metal solamente hasta que sabe que la escoria está completamente eliminada, porque ve su propia imagen reflejada (Romanos 8:29) en la masa incandescente. Así el Señor en el caso de sus elegidos (Job 23:10; Salmo 66:10; Proverbios 17:3; Isaías 48:10; Hebreos 12:10; 1 Pedro 1:7). El se sentará para la obra no para llenar las apariencias, sino con paciente amor y resuelta justicia. Como el Angel del Pacto, cuando llevó a su pueblo fuera de Egipto por la columna de nube y fuego, tiene un aspecto de terror para sus enemigos, y de amor para sus amigos. El mismo proceso de terror va adelante en el mundo, como en cada cristiano. Cuando los piadosos estén completamente separados de los impíos, el mundo terminará. Cuando la escoria esté quitada del oro del cristiano, él será librado para siempre del horno de la prueba. Cuanto más puro el oro, tanto más fuerte el fuego; cuánto más blanco el vestido, tanto más recio el lavado. (Moore.) limpiará los hijos de Leví—de los pecados especificados arriba. Los levitas mismos, los ministros de Dios entonces, necesitaban ser purificados, tan universal estaba la depravación. ofrecerán … ofrenda con justicia—como originalmente (1 Pedro 2:6), no como últimamente (1 Pedro 1:7). Así los creyentes, el sacerdocio espiritual (1 Pedro 2:5).

4. como en los días pasados—(1 Pedro 1:11; 1 Pedro 2:5.) La “ofrenda” (“mincha” en el hebreo) no es expiatoria, sino oración, acciones de gracias, y la consagración personal al Señor (Romanos 12:1; Hebreos 13:15; 1 Pedro 2:5).

5. llegarme he … a juicio—Yo, a quien vosotros desafiáis diciendo: “¿Dónde está el Dios de juicio (1 Pedro 2:17)?” Yo, de quien vosotros pensáis que estoy lejos, y que soy lento en el juicio, estoy “cerca,” y vendré como un “pronto testigo;” no solamente como juez, sino también como testigo ocular contra los hechiceros; porque mis ojos ven todo pecado, aunque pensáis vosotros que no presto atención. Los jueces terrenales necesitan testigos para capacitarlos en decidir rectamente: yo sólo no necesito ninguno (Salmo 10:11; Salmo 73:11; Salmo 94:7, etc.) hechiceros—pecado al cual los judíos fueron llevados en unión con sus idólatras esposas extranjeras. Los judíos del tiempo de Cristo también practicaban la hechicería (Hechos 8:9; Hechos 13:6; Gálatas 5:20. Josefo, Antigüedades,Gálatas 20:6; Guerras Judías, 2; Gálatas 12:23). Será una característica de la última confederación anticristiana que ha de ser consumida por el resplandor de la venida de Cristo (Mateo 24:24; 2 Tesalonicenses 2:9; Apocalipsis 13:13; Apocalipsis 16:13; también 9:21; 18:23; 21:8; 22:15). El romanismo la ha practicado; una orden de exorcistas existe en aquella iglesia. adúlteros—(2:15, 16.) no teniendo temor de mí—lo cual es origen de todos los pecados.

6. Jehová—nombre que denota su inmutable fidelidad en cumplir sus promesas; el nombre que en el pacto Dios dió a los judíos (Éxodo 6:3), llamados aquí “los hijos de Jacob,” en referencia al pacto que Dios hízo con aquel patriarca. no me mudo—Vosotros estáis equivocados al inferir que, porque todavía no he ejecutado juicio sobre los inicuos, be cambiado de lo que una vez fuí, es decir, el Dios de juicio. y así … no habéis sido consumidos—Vosotros mismos, al “no ser consumidos,” como desde hace mucho tiempo merecéis, sois una prueba notable de mi inmutabilidad. Romanos 11:29 : todo el capítulo, en el cual la misericordia de Dios guardada para Israel se hace fluir enteramente de la inmutable fidelidad de Dios a su propio pacto de amor. Así aquí, como está significado por la frase “hijos de Jacob” (Génesis 28:13; Génesis 35:12). Ellos están perdonados porque yo soy JEHOVA, y ellos hijos de Jacob; aunque yo los perdono, también los castigo; y aun cuando los castigo, no los consumiré del todo. La inmutabilidad de Dios es el ancla de la esperanza de la iglesia. La perseverancia de los santos está garantizada, no por el inmutable amor de ellos a Dios, sino por el inmutable amor de Dios a ellos, y por su eterno propósito y promesa en Cristo Jesús. (Moore.) El los reconviene por su ingratitud, que han convertido su misma benignidad (Lamentaciones 3:22) en un motivo de la negación escéptica de la venida de él como Juez a todos (Salmo 50:1, Salmo 50:3, Salmo 50:21; Eclesiastés 8:11, Eclesiastés 8:12; Isaías 57:11; Romanos 2:4).

7-12. La reprobación por la falta del pago de los diezmos y las ofrendas, la cual es la causa de las calamidades nacionales de ellos; y a promesa de prosperidad si los pagan.

7. Desde los días de vuestros padres—Vosotros vivís como vuestros padres vivían, cuando trajeron sobre sí mismos la cautividad babilónica, y vosotros deseáis seguir en sus pasos. Esto muestra que no fué sino la inmutable benignidad de Dios lo que había impedido que mucho antes fuerais “consumidos” (v. 6). Tornaos a mí—en arrepentimiento. y me tornaré a vosotros—en bendiciones. ¿En qué …?—(v. 16.) La misma insensibilidad de su culpa continúa; hablan en un tono de inocencia perjudicada, como si Dios los calumniara.

8. ¿Robará …?lit., “encubrirá;” por tanto, defraudará. ¿Decís acaso que el defraudar a Dios no es pecado, del cual se deba apartar (“volverse”, v. 7)? Sin embargo, vosotros lo habéis hecho conmigo respecto de los diezmos que se me deben, es decir, la décima parte de todo lo que sobra después de pagarse las primicias (los primeros frutos), el cual diezmo se pagaba a los levitas para su sostén (Levítico 27:30). un diezmo pagado por los levitas a los sacerdotes (Números 18:26); un segundo diezmo pagado por el pueblo para la manutención de los levitas y sus familias, en el tabernáculo (Deuteronomio 12:18); otro diezmo cada tercer año para los pobres, etc. (Deuteronomio 14:28). las primicias—los primeros frutos: no menos que una sexagésima parte del trigo, vino y aceite (Deuteronomio 18:4; Nehemías 13:10, Nehemías 13:12). Los sacerdotes gozaban también este privilegio, el diezmo de los diezmos que eran el subsidio de los levitas. Pero aquéllos se tomaban todos los diezmos, robando a los levitas sus debidas nueve décimas; como también lo hacían, según Josefo, antes de la destrucción de Jerusalén por Tito. De esta manera Dios era doblemente defraudado, por cuanto los sacerdotes no desempeñaban rectamente sus funciones sacerdotales, y robaban a Dios los servicios de los levitas, quienes se alejaban a causa de la miseria. (Grocio.)

9. Malditos—(Nehemías 2:2.) Como vosotros me despojáis a mí, yo os despojo a vosotros, como os amenacé que lo haría, si continuarais despreciándome. Al tratar de defraudar a Dios, solamente nos defraudamos a nosotros mismos. El águila que robó al altar puso fuego a su nido por el carbón encendido que se adhirió a la carne robada. Así los hombres que retienen para sí el dinero de Dios en sus tesoros, hallarán que es una posesión que se pierde. Jamás perdió nada hombre alguno por servir a Dios con todo el corazón; ni ganó nada con servirle con la mitad del corazón. Nosotros podemos transigir con la conciencia por la mitad del precio, pero Dios no endosará el arreglo; y, como Ananías y Safira, nosotros perderemos, no solamente lo que pensamos haber comprado a tan bajo precio, sino también el precio que por ello pagamos. Si queremos que Dios “abra” su tesoro, debemos abrir los nuestros. Una de las causas de la infecundidad de la Iglesia es la mezquindad de sus miembros. (Moore.)

10. (Proverbios 3:9.) al alfolí—(2 Crónicas 31:11; 1 Crónicas 26:20; Nehemías 10:38; Nehemías 13:5, Nehemías 13:12). probadme ahora en esto—con hacerlo. Probadme, si yo cumpliré o no mi promesa de bendeciros, a condición de que vosotros hagáis vuestra parte (2 Crónicas 31:10). ventanas de los cielos—(2 Reyes 2:7.) vaciaré—figura tomada de una vasija completamente vaciada de su contenido; ninguna bendición queda retenida. hasta que sobreabunde—“de modo que no cabrá” (Versión Inglesa). Lit., hasta que no haya suficiencia. O bien, hasta que haya “no meramente” “suficiencia,” sino superabundancia. (Jerónimo, Maurer.) Gesenius, no tan bien, traduce: “Hasta para una falta de suficiencia,” cosa que con Dios nunca ocurre, y por tanto significa para siempre, perpetuamente; así el Salmo 72:5, “mientras duren el sol y la luna;” lit., hasta una falta (no existencia) del sol o la luna, lo cual nunca será; y por tanto significa “para siempre.”

11. Increparé—(nota,Salmo 2:3.) Ya no “increparé (dañaré) más la sementera;” antes bien, increparé todo agente que pudiera dañarla (Amós 4:9).

12. Cumpliendo la bendición (Deuteronomio 33:29; Malaquías 8:13). tierra deseable—(Daniel 8:9.)

13-18. El toma nota de la queja de los judíos de que no es provechoso servir a Jehová, porque los impíos orgullosos son felices; y declara que él pronto traerá el día cuando será sabido que él pone una distinción eterna entre los piadosos y los impíos. han prevalecidoLit., “vuestras palabras fueron duras contra mí,” como “todas las cosas duras que los pecadores impíos hablaron contra él” (Judas 1:15). (Henderson.). ¿Qué hemos hablado?—El hebreo expresa al mismo tiempo la asiduidad de ellos y su hábito de hablar contra Dios. (Vatablo.) La forma del verbo denota que estas cosas fueron dichas, no directamente a Dios, sino acerca de Dios, por el uno al otro (Ezequiel 33:20). (Moore.)

14. qué aprovecha que guardemos su ley …?—(Nota 2:17.) Ellos aquí resumen la misma murmuración contra Dios. Job 21:14; Job 22:17 describe un grado más del mismo espíritu escéptico, cuando el escéptico ha cesado en efecto de observar el culto de Dios. Salmo 73:1 describe la tentación de un sentimiento parecido en el santo, cuando éste ve la realidad de que el piadoso sufre y que el impío prospera ahora en bienes terrenales. Los judíos aquí se equivocan completamente respecto de la naturaleza del servicio de Dios, convirtiéndolo en un negocio mercenario; ellos cumplían las observancias exteriores, no por amor a Dios, sino en la esperanza de ser bien pagados en la prosperidad material; cuando ésta les fué vedada, acusaron a Dios de ser injusto, olvidando igualmente que Dios requiere que motivos muy diferentes de parte de ellos acompañen a las observancias exteriores, y que Dios recompensa aun al verdadero adorador, no tanto en esta vida, como en la vida venidera. su leylit., lo que él requiere que sea guardado, “sus observancias.” que andemos tristesen vestidura de tristeza, el saco y ceniza, emblemas de la penitencia; se olvidaron de Isaías 58:3, donde Dios, enseñándoles cuál es el verdadero ayuno, en forma similar reprende a aquellos que también dijeron: ¿Por qué hemos ayunado y tú no miraste …? Ellos confundieron la manifestación exterior con la verdadera humillación.

15. pues ahora—Puesto que no prosperamos los que servimos a Jehová, y que “los soberbios” paganos florecen en su prosperidad, debemos declarar que los tales son los favoritos de Dios (Isaías 2:17; Salmo 73:12). los prosperados—lit., los edificados: metáfora tomada de la arquitectura (Proverbios 24:3 : véase lección marginal inglesa, Génesis 16:2; Génesis 30:3). tentaron a Dios—desafiaron a Dios a castigarlos por violar sus leyes (Salmo 95:9).

16. “Entonces,” cuando los impíos pronuncian tales blasfemias contra Dios, los piadosos conversan entre sí, defendiendo los procedimientos justos de Dios contra aquellos blasfemos (Hebreos 3:13). Siempre hubo en los tiempos más obscuros un remanente que temía a Dios (1 Reyes 19:18; Romanos 11:4). temen a Jehová—temor amante y reverencial, no el terror servil. Cuando el fuego de la religión arde débilmente, los verdaderos creyentes debieran acercarse cada vez más en unión estrecha, para guardar viva la santa llama. Las brasas separadas pronto se apagan. libro de memoria … para—en ventaja de ellos, para el día cuando los que sean hallados fieles entre los infieles, recibirán su recompensa final. Los reyes de Persia guardaban un registro de aquellos que habían prestado servicios al rey, para que fuesen debidamente recompensados (Ester 6:1, Ester 6:2; Ester 2:23; Esdras 4:15; Salmo 56:8; Isaías 65:8; Daniel 7:10; Apocalipsis 20:12). Calvino hace que los temerosos de Dios sean aquellos despertados de entre la multitud de los impíos (descritos anteriormente) para el verdadero arrepentimiento; la escritura del libro, de esta manera, significará que algunos entre los blasfemos podrían arrepentirse, y que los piadosos podrían estar seguros que, aunque no hubiese esperanza aparente, habría una puerta de penitencia abierta para ellos delante de Dios. Pero nada hay en el contexto que sostenga este punto de vista.

17. especial tesoro—(Isaías 62:3; Éxodo 19:5; Deuteronomio 7:6; 14:2; 26:18; Salmo 135:4; 1 Pedro 2:9; Eclesiastés 2:8.) día que yo tengo de hacer—eso es, de cumplir mi propósito de reunir mi iglesia completa; o bíen, “hacer” que sucedan las cosas predichas en el v. 5 (Grocio); así en el 4:3 “hacer” se usa en forma absoluta, “en el día que yo haré esto.” Maurer, no tan bien traduce: “en el día que yo haré”, eso es, designaré, como el Salmo 118:24. como el hombre que perdona a su hijo—(Salmo 103:18.)

18. os tornaréis—volveréis a un mejor estado de mente sobre este punto de vista. Entonces … echaréis de ver—Entonces veréis la falsedad de vuestra calumnia contra el gobierno de Dios (v. 15), de que “los soberbios” y los impíos prosperen. No juzguéis antes del tiempo cuando toda mi obra esté completa. Es, en parte, para probar vuestra disposición de confiar en Dios a pesar de las apariencias confusas, y para hacer menos mercenario vuestro servicio que se permite al presente estado de cosas; pero al fin todos vosotros (tanto los piadosos como los impíos) veréis la eterna diferencia que realmente hay “entre los que sirven a Dios y los que no le sirven” (Salmo 58:11).

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